—¿Todo listo? —preguntó su madre cuando hubo llegado a su lado. Le pasó la maleta a uno de los mozos y este la subió al maletero de la limosina.
Desde la puerta de la casa los padres de Danny observaban y sonreían. A su lado llegó el moreno pero este permaneció callado y serio mientras los padres de Javy se despedían de ellos. La chica al acercarse a el hizo que cambiara de animo. El chico se despidió de ella y le sonrió mientras ella se volteaba para entrar de las primeras mientras sus padres intercambiaban unas opiniones antes de irse.
—Espera —dijo Jones y la sujeto del brazo antes de que se fuera. Javy lo miró—. Solo quería decirte que…
—¿Qué te perdone? —rió Javy. El chico esbozó una sonrisa pero no negó lo que había dicho la chica.
—Haré que me perdones —le afirmó cuando sus ojos brillaban.
5 segundos.
Sin decir nada más, se acercó lentamente a ella y besó su mejilla suavemente. La chica se ruborizó y ocultó una sonrisa cuando se iba encaminando a la limo a esperar a sus padres.
El viaje había sido corto escuchando música y cuando entró en su habitación parecían que habían pasado años desde que no la veía o escuchaba las conversaciones de la casa vecina, o las pelotitas que siempre caían de la cortina hecha a mano de la señora Ruth, o a Kiara, la perrita de los vecinos de al frente, que jugaba con su plato de comida por todo el patio.
Mick había esperado impaciente al otro día para saber como le había ido a su amiga con su amor platónico, pero Javy no parecía muy enamorada ahora. Y era de esperarse luego de la pelea el día antes del viaje.
—¿Qué, qué? —Preguntó incrédula Mick cuando luego de mucho rogar Javy le dijo lo que le había confesado Danny— Pero… Y… ¿Cómo? Mi no entender —dijo con la boca abierta de la impresión.
—No lo sé, solo dijo que sus padres estaban en quiebra. Punto —y decidiendo cambiar el tema le preguntó— ¿Qué hiciste estas dos semanas sin mi?
—Bueno… el otro día salimos con mi mamá a comprar ropa y mientras miraba esas chaquetas que están de moda se me calló una y un chico me la recogió y adivina quien era —sonrió Mick.
—¿George Clooney?
—No, mensa. ¿Recuerdas ese chico rubio que estaba con Jones y otros amigos?
—¿Cuál el más chico de todos?
Mick afirmó y sus mejillas se pusieron coloradas.
—Me dijo que me conocía de algún lado, pero no recordaba de donde. Y yo no atiné a decirle nada porque tiene los ojos más hermosos y azules que vi en toda mi vida. ¿Has visto su sonrisa? Espero que no, porque es mío ¿OK?
—Ok, jajaja.
—¿Sigues enojada con Danny ahora? —Mick había caminado sin rumbo por la plaza y Javy la había seguido escuchando su historia.
—No lo se.
La siguiente semana pasó normal. Javy se la había pasado en su casa mirando televisión, escuchando música, tocando guitarra, leyendo o conversando con Mick que la hablaba de bandas y canciones. Las vacaciones seguían siendo normales y tranquilas hasta la siguiente semana. Un mensaje apareció en el Facebook de Javy, era de Olivia. Era extraño. Desde el día antes del viaje no creo que Olivia la haya querido como una amiga.
En el mensaje solo había un link a una página. La curiosidad la hizo ir hasta allí y se encontró con una página donde había unas fotos retocadas de Javy y algunos mensajes con la historia del engaño de Danny. Habían unos cincuenta miembros de la página que Javy ni si quiera conocía, pero que de igual modo se burlaban de ella.
—Son unos estúpidos, no los tomes en cuenta —le dijo Mimi a su amiga que lloraba en su hombro.
—Pero yo no les he hecho nada. No tiene por qué tratarme así —replico la chica secándose las lágrimas y pegándole con furia a un cojín.
—Olvídalos… —y de repente tuvo un idea— ¡Ya, sé! Salgamos a comprar, así te distraes, hemos estado mucho tiempo dentro de cuatro muros.
Ambas chicas estuvieron listas media hora después y salieron al mall a dar una vuelta y ver como estaba el mundo. Se la pasaban muy bien juntas. Se divertían y reían sin motivo alguno como lo hacen cualquiera amigo.