Más que amigos (EXO FanFic): #34 Tensión Sexual (Chan Yeol)

¿Qué me estaba sucediendo? Realmente no me entendía. ¿Por qué reaccionaba así tan de repente? Siempre había observado a Baekhyun mientras este ensayaba las coreografías, pero nunca me había detenido a pensar de la forma en que ahora lo hacía. ¿Por qué tan de repente parecía tan sexy mientras bailaba? Esas expresiones que transmitía, el sudor corriendo por su cara, su pecho subiendo y bajando a causa del cansancio... todas aquellas cosas me provocaban una sensación que no quería admitir por mucho que mi cerebro me lo gritara.

Todo había empezado hacía una semana, aquel día en que Kai no había salido de la habitación si no hasta la noche. Nunca habría pensando que por sólo ver aquella escena de esa película estar cerca de Baekhyun me provocara aquellas ganas de...

Los miembros se habían ido, pude notarlo a penas ya que el sueño me comenzaba a vencer, pero luego el líder me habló para irnos al cuarto y me sacó del pensamiento de aquella escena. Yo sólo asentí, pero al rato ya no sentí mi cuerpo reaccionar. Baekhyun se comenzó a mover despertando y apagó la televisión.

-Channie -me llamó pegándome levemente en el pecho, pero por mucho que quisiera responder, de mi boca no salía sonido alguno. Estaba demasiado cansado-, Chanyeol -me volvió a llamar acariciando mi rostro. En mi mente se formó de inmediato la escena. Mi ojos se abrieron de a poco y pude ver a penas a un tierno Baekhyun sonriéndome con los ojos medio abiertos.

-Boo~ -me dijo riendo y depositó un leve beso en mi labios.

Con fuerzas sacadas del más allá me incliné hacia él y lo volví a besar un tanto desesperado. Baek protestó sorprendido por mi reacción pero al cabo de unos minutos solo se dejó llevar al ver que yo no pensaba detenerme. Sus manos desordenaron mi ya revuelto pelo y las mías se fueron hacia su camiseta. En mi mente se hacían presentes ciertas frases que mis compañeros me habían dicho hacía unas horas. Aunque no dijera nada, aquello seguía molestándome. Pero ¿qué podía hacer? Algo había que me impedía hacerlo. ¿Inseguridad?, no estaba seguro, pero por otro lado si que quería... y mi novio no ayudaba en nada en realidad. Me había besado calurosamente ciertas noches, sus manos se perdían entre mi piel, pero yo seguía negándome sin saber la razón de aquello. En el fondo temía que Baek se fuera de mi lado al yo no atreverme a dar el siguiente paso. El siempre decía que me entendía y que no importaba, pero a mi sí que me importaba... y mucho.

Su cuerpo calló con un sonido amortiguado por el suave sofá y yo me posé sobre él. No estaba seguro de a qué quería llegar con todo esto. Los demás estaban todos en casa y estábamos en la sala, cualquier podría descubrirnos, pero supongo que las palabras de los otros se habían clavado a fondo en mí. Me había sentido como un inútil y además como un cobarde. No podía permitirlo

-Chan -me llamo en un susurro cuando nuestras bocas se separaron para tomar un poco de aire. Recién allí pude darme cuenta de todo lo que había hecho. Su camiseta dejaba ver la mitad de su torso, sus labios estaban rojos y sus ojos me miraban sin entender que ocurría.

-Lo siento... -le dije. En su rostro se formó una cansada sonrisa.

-En serio que no te entiendo -me respondió.

Aquella noche nos fuimos a acostar cada uno a nuestras respectivas camas. No hablamos más de aquello, pero por dentro algo había cambiado en mi. Cada vez que lo observaba aquella imagen de él sobre el sofá volvía a mi cabeza y me atormentaba a tal punto de no poder acercarme mucho a él por que no sabía si podría controlarme.Cada vez que aquella sensación me embriagaba me iba al lado de D.O. Este me miraba cuestionándome, pero yo no le respondía nada. Con la excusa de que me ayudara con el baile me fui haciéndome cada vez más cercano a el, al punto de que ahora la mayor parte del tiempo la pasaba a su lado. Baek se me acercaba a preguntarme qué me sucedía o si estaba molesto con él, pero yo sólo podía negar e irme. Sólo con ver su cara mi cuerpo reaccionaba y luego... bueno, luego tenía que huir al baño a calmarme.

"Estúpido y sensual, Bacon"

Luego Kyung Soo se enteró. Me había visto arrancar y preocupado se acercó a la puerta del baño, golpeó y con un hilo de voz le aclaré que no sucedía nada, pero este no aceptó aquella respuesta y siguió insistiendo.

-Si te digo no te rías, por favor -le supliqué dejándolo entrar al baño como si de algo tránsfugo se tratara.

-Está bien... -respondió dudoso-. Dime de una vez -me pidió luego de que el silencio se acrecentara. Me daba vergüenza admitirlo, pero si quería que alguien me ayudara o al menos me aclarara la situación y me dijera que podría hacer, me arriesgaba a aquello.

-Bien... em... lo que sucede es que...

-¿Ocurre algo con Baek Hyun? -preguntó intentando ayudarme a avanzar. Se notaba que no sería una tarea fácil el admitirlo.

Asentí débilmente sintiendo como mis mejillas comenzaban de a poco a ponerse febriles.

-Es que... él-él... cuando yo... y él...

D.O suspiró con una sonrisa ante mi estupidez pero no dijo nada, en cambio me observó con aquellos grandes ojos que tenía.

-¿Se pelearon? -preguntó y volví a negar-. ¿Entonces?

-Es que... lo que sucede es que... bueno... -suspiré. Vamos, decir esto no podría ser tan difícil. Tomando valor me dispuse a aclararlo de una vez, realmente teníamos que ir a ensayar en unos minutos, no podía tomarme más tiempo-. No puedo ver a Baek Hyun.

D.O me dirigió aquella conocida expresión de no entender nada por lo que seguí contándole.

-No puedo verlo sin... excitarme.

Supuse que Kyung Soo se aguantaba las ganas de reírse. Mi vista se había clavado en el piso y mis mejillas ardían a más no poder. Sentía que la cabeza ya comenzaba a dolerme por aquello, pero no le di importancia y mantuve el silencio hasta que el otro hablara.

-Em... ¿Qué quieres que te diga, Chan Yeol? -me preguntó con un tono de voz extraño. Si, estaba aguantándose las ganas de carcajearse sólo porque yo se lo había pedido.

-No sé... ¿qué hago?

-Em... Podría decirte que se consigan una habitación en algún motel pero si Baek Hyun después no puede moverse el manager sospechará algo y nos retará a todos por "lesionarnos" antes de debutar y no creo que eso sea lo más apropiado, así que... habla con él y vean que pueden hacer... claro, si es que pueden controlarse... -luego se largó a reír como si no hubiera un mañana. Suspiré pesadamente y una sonrisa también se formó en mi rostro. Realmente todo sonaba hilarante ahora que lo veía más calmadamente.

"Chan Yeol, si que eres un tonto"

-Supongo que eso debería hacer -le respondí mirando como este intentaba acallar sus carcajadas con su mano-. Ya deja de reírte.

-Lo siento, es que es gracioso -respondió tomando una gran bocanada de aire para calmarse-. ¿Baek no lo sabe, no?

-No...

-¿Se lo dirás?

-Intentaré

Luego de aquel día me había propuesto contárselo, pero aquella tarea que me había parecido tan sencilla, de repente se había vuelto toda una odisea y el sentimiento tampoco se marchaba, en cambio estaba cada vez peor.

Aquel día en que llovía a más no poder fue cuando por fin pude hablarle. Él estaba molesto, ni si quiera quería mirarme últimamente. El silencio reinaba en la habitación, él estaba acostado dándome la espalda y yo no hacía mas que mirarlo en la oscuridad de la noche. Aún podía escuchar alguno que otro miembro dar vueltas por allí. Cuando la medianoche llegó ya no se percibía nada. Baek Hyun parecía haberse dormido hacía rato, y mi mente parecía una película porno en plena acción. No podía evitarlo. De noche se ponía peor.

Di vueltas por la  cama intentando buscar la mejor posición para dormir, pero no había caso y suspirando
pesadamente me puse de pie para ir al baño a intentar calmarme.

La luz de aquel lugar me cegó de inmediato y frotándome los ojos hice correr el agua. Me mojé
la cara y pude notar como algo más se había hecho presente en mis pantalones. Me sujeté del lavabo
y cerré los ojos intentando pensar en algo totalmente distinto para tranquilizarme, pero una voz me sacó de
aquellos pensamientos y precisamente era la voz que menos quería oír en un momento como ese.

-¿Estás bien? -me preguntó asomando la cabeza por la abertura de la puerta.

-Sí, estoy bien -le respondí de inmediato tomando la toalla a mi lado para secarme la cara. Él seguía allí observándome sin aceptar mi respuesta.

-¿Seguro? -volvió a preguntar y yo asentí pasando a su lado para ir a la habitación sin si quiera mirarlo. Sentí sus pasos detrás mío y luego como cerraba la puerta de la habitación.

-Perdón

Sorprendido por sus palabras me volteé a verlo allí afirmado en la puerta mirándome. ¿Por qué se disculpaba? El no había hecho nada. Era yo el problema de todo, yo y mis estúpidos temores.

-Perdón por no querer hablarte -volvió a hablar.

-No, Hyunnie, tu no hiciste nada -le respondí y este sonrió levemente.

-De hace tiempo que no me decías Hyunnie -dijo casi murmurando-. Creí que estabas enojado conmigo.

-No, claro que no -le dije sonriendo abiertamente-. No puedo estar enojado contigo. Deberías perdonarme tú a mi por haberme comportado así -me acerqué a él a tomar su rostro entre mis manos para que me mirara a los ojos. Este me dedico una tímida sonrisa y cerró los ojos, me acerqué lentamente hasta rozar sus labios y este me correspondió.

-¿Entonces? -preguntó tiernamente.

-¿Entonces qué?

-¿Qué sucedió?

-Amm... -podría jurar que aunque todo estuviera oscuro Baekhyun de todas formas podía ver mi notorio sonrojo, y si no había sido así de todas formas lo notó al acariciarme las mejillas-. ¿En serio quieres saber? -este asintió como un niño pequeño y una sonrisa traviesa se dibujó en mis labios. Lo había decidido.

Baekhyun me miró intentando averiguar en mi mirada qué era lo que pensaba, pero lo distraje de aquello besándolo nuevamente como aquel día en que aquella escena me había hecho alborotar las hormonas. Baek rió divertido ante mi cambio de actitud, pero no dijo nada. Lo dirigí hacia la cama más cercana, que resultó ser la de él y delicadamente lo recosté sobre ella. Poco me importó que todos lo demás estuvieran en aquel lugar, sólo me dediqué a acariciar y disfrutar de la maravillosa sensación que me proporcionaba mi novio. Pequeños suspiros y quejidos se habían grabado como fuego en mi memoria. Su voz llamándome entre gemidos y las sábanas deslizándose sobre nuestra piel era la sensación que ansiaba sentir hacía días.