Más que amigos (EXO FanFic): #37 Recuerdos Olvidados (Lu Han)

Su cabello cayendo sobre sus ojos, su pecho alzándose entre las sabanas, su cálida y acompasada respiración. Sehun dormía tranquilamente en la cama contigua a la mía y yo… yo lo observaba. Era tan tierno que me daban unas tremendas ganas de saltar sobre él y abrazarlo como si fuera un peluche hasta que el alba anunciara un nuevo día. Me encantaba imaginar cómo sus mejillas tomaban color y con una tímida sonrisa y ese característico siseo, me decía que me detuviera entre risas.

Cuando el cansancio se hacía tal que no podía evitar cerrar mis ojos y quitar mi vista de Sehun, me hundía en un sueño profundo y desordenado. Seguía teniendo aquellas extrañas visiones. Ahora todo había cambiado en cierta forma. Min Seok, aka Baozi, seguía acompañándome. De estar en un bar pasábamos a estar en un concierto. El sueño duraba tanto que muchas veces desperté pensando que había estado durmiendo por días cuando en realidad sólo habían sido algunos segundos.


Kris estaba en medio del escenario. Las brillantes luces fluorescentes parpadeaban por todos lados creando una atmosfera ensordecedora a mí alrededor. Sentí muchos cuerpo chocar conmigo, me empujaban hacia el escenario pero sólo llegaba a los pies de Kris. Gritos de chicas me hacían levantarme y volteando a mirar alrededor pude leer los carteles que estas traían. “K-Dragon saranghae” “K-Dragon oppa”. Muchas letras de colores bailaban en mis ojos. Confundido por la situación me volteaba y veía a Wu Fan abandonar el escenario entre el vitoreo. Segundos después el escenario fue nuevamente ocupado. Una figura grande y blanca se posaba en medio. La audiencia callaba y luego la música comenzaba a sonar. “Wow, fantastic baby” Y Baozi comenzaba a bailar al compás de la música. Yo reía. Reía a más no poder. La gente a mí alrededor se quedaba en silencio observándome, pero yo sólo me fijaba en Min Seok que se acercaba a mí con cuerpo de humano y me estiraba su brazo. Al momento de tomar su mano y subir al escenario sentía mis piernas caer y el frío abrazarme. Gritando y pataleando intentaba salir a flote y con una fuerza sobrenatural una mano me alzaba de las profundidades.

“Vamos, chico, no tenemos tiempo de ahogarnos aquí. Estamos siendo atacandos. ¡Ahí viene! ¡Agáchate!”. Y nuevamente era tratando como si fuera un simple muñeco. Min Seok con cara de Baozi me hacía caer al piso y por poco esquivar una bestia del porte de un elefante que pasaba volando sobre nosotros. Sentía el calor abrazador sobre mi pellejo y segundos después el barco comenzaba a incendiarse. Miraba hacia arriba y un Dragón me observaba con ojos fieros, abría su boca y de ella parecían salir fuegos artificiales. Yo corría. Corría y chocaba. Bajando a las profundidades de aquel barco, esquivando extrañas personas en mí andar, llegaba hasta chocar con una silueta. Era una chica de largos cabellos castaños que caían como cascadas sobre su cuerpo desnudo. Ella me observaba y algo en su mirada se me hacía extrañamente familiar. Un sonoro crujir de maderas me hacía temblar y la chica se marchaba casi como una serpiente entre pasillos y pasajes secretos dejándome completamente solo. Al principio aquella extraña figura sólo me miraba con ojos intrigados. Luego se me acercaba y por último –como aquella noche- me besaba. El beso era apasionado y necesitado, como si llevara mucho tiempo ansiando con aquello y siempre terminaba difuminándose con la brisa cuando el capitán Baozi llegaba corriendo desesperadamente y a su espalda una brillante luz me hacía despertar.

Siento dar un brinco en la cama al pensar que todo había terminado, pero me encuentro nuevamente en mi habitación como todas las noches. Miro hacia la ventana y puedo ver las tímidas luces del sol abrirse paso en el horizonte. Suspirando me deshago de las enredadas sábanas y secando el sudor de mi frente observo a mi costado. El maknae dormía aún.

Intentando controlar mi agitada respiración por el susto de haber estado al borde de la muerte me siento dejando que mis pies toquen el frío piso de la habitación. Sentía mi cara arder y mis manos tiritaban sin que pudiera detenerlo. Recordando los últimos momentos de mi sueño algo se revolvía en mi estómago. Aquella chica… Aún sentía sus labios sobre los míos. Era tan real que me costaba trabajo el recordar que no existía, que sólo había sido un sueño. Frotando mis ojos intentando desperezarme notaba algo en mis pantalones. Vergüenza y asombro se apoderaba de mí. Rápidamente me dirigí al baño y me quedé largos minutos allí tranquilizándome y bebiendo un poco de agua. Por suerte todos los demás seguían durmiendo. No quería dar explicaciones del porqué estaba encerrado en el baño con un bulto en el pantalón.

Observé mi reflejo en el espejo del baño y extrañamente mi cara parecía cambiar a la de un Sehun excitado. Creyéndome loco abría la llave y luego me lanzaba agua en el rostro, pero de todas formas no funcionaba mucho. Terminaba complaciéndome a mí mismo y cuando ya alcanzaba la hora de estar encerrado, salía, nervioso de que algún miembro lo hubiera notado, y volvía hacia la habitación chocando con un adormilado Chan Yeol que dio un salto al verme.

Aquella tarde no pude evitar asechar a Min Seok de cerca y alejarme lo máximo posible de Sehun, pero no mucho duré actuando de esa forma ya que Xiu Min se me acercó.

-¿Qué te pasa? –me preguntó cuando quedamos solos en la sala escuchando de fondo las voces de los demás que se peleaban por alguna tontera.

Yo sólo me encogía de hombro y negaba con la cabeza, pero este seguía mirándome con una ceja alzada.

-Me di cuenta que me seguías, ¿querías decirme algo? –volvía a consultar sentándose a un lado de mi en el sofá.

-Bueno… Tengo una pregunta.

Min Seok esperó en silencio hasta que hablara y cuando lo hice este comenzó a reír.

-¿Qué sucedió en el bar?

Terminó contándome con lujo de detalles cada uno de los hechos ocurridos. Cómo yo había comenzado a beber más de la cuenta, cómo le contaba cada una de mis penas, cómo le revelaba el hecho de que me atraía Sehun como algo más que un simple amigo o hermano menor, cómo Kris llegaba junto a Lay y cómo Tao los seguía de cerca y terminaba empujándome haciéndome caer por haber abrazado a Kris. Luego como aquellos tres nos llevaban hacia el departamento y me contaba cada una de las estupideces que yo decía en el camino. Su relato terminaba cuando llegábamos al apartamento y Min Seok se iba a dormir. Lo último que recordaba era que Lay y Kris me había llevado a darme un baño.

-Recuerdo que desde mi cuarto escuchaba que decías algo como “Hunnie me odia, la oscuridad lo quiere, Jongin lo secuestró y no los invitaré a ninguno de los dos a mi bote a pasar la noche”.

Min Seok volvía a carcajearse fuertemente y yo ya no podía ni mirarlo a la cara por lo avergonzado que estaba. Durante aquellas fracciones de segundos en que ahora sólo se podía escuchar a Xiu Min riendo algo en mi cerebro despertó y reveló lo oculto de mis sueños: El bote era la tina, Baozi era Min Seok y el dragón era Kris, por lo tanto… ¿quién sería aquella mujer que parecía arrastrarse por el piso como una serpiente? No podía pensar en nadie más que en Sehun.

Min Seok se me había quedado mirando unos minutos ante mi cara de póker y luego había tomando el computador para comenzar a navegar por la red y se desatendió de mí, pero yo lo hice volver su atención a lo que hacía cuando de un salto me incorporé.

-¡Gracias! –le grité con una felicidad acumulada y este me miró sin comprender-. Buenas noches, Baozi –le dije luego para volver a mi cuarto casi dando saltitos de la alegría que me causaba el saber que no me estaba volviendo loco, si no que todos aquellos extraños sueños eran los vagos recuerdos que tenía de lo que había sucedido.

La puerta principal se abrió y por unos segundos mi corazón pareció detenerse. Me imaginaba que allí llegaba Sehun y escuchaba mis pensamientos de cómo estaba feliz de haberme besado con él en el sueño, pero aquella sensación se disipó al ver a Jongin entrar con un pesado bolso sobre su hombro y el pelo mojado. Supuse que había estado ensayando hasta tarde, pero me parecía raro que esta vez llegara tan temprano.

Kai se acercó a Xiu Min y lo saludó cálidamente posando su mano en su hombro. Luego se encaminó hacia los pasillos y se detuvo a mirarme. Yo me había quedado como estatua sujetando el pomo de mi habitación al escuchar el sonido de la puerta y no me había movido de aquel lugar en todo ese rato. Jongin me sonrió y luego dijo un débil “Hola” para luego perderse dentro de su habitación. Extrañado le respondí el saludo y me quedé en aquel mismo lugar sin entender nada de lo que ocurría.

-Esta es una casa de locos –escuchaba que decía Min Seok sentando en la sala aún con el notebook entre sus piernas y luego cómo los demás miembros venía con platos de ramen y se instalaban en la sala desperdigados por el piso para cenar. Sehun no estaba, luego lo encontré en la habitación sentando en el escritorio con lápiz en mano y los audífonos en las orejas. Ni si quiera se dio cuenta cuando me acosté sin hambre a dormir y volvía a perderme en un sueño mucho mejor que los anteriores.