Más que amigos (EXO FanFic): #32 Otokhe (Sehun)

¿Querían HunHan o ya se olvidaron de ellos? >.< 

~ ♥ ~

Iba solo caminando por los pasillos de aquel edificio. Los demás habían salido disparados hacia el dormitorio para poder comer y descansar. Los entendía perfectamente. Yo igual estaba agotado.

Aquel día volvería a mi cuarto. Volvería a ver mi hyung cada noche. Realmente no sabía qué hacer. No tenía el valor de mirarlo a los ojos luego de lo que había sucedido, por mucho que Tao me animara y me dijera que lo olvidara... Después de todo el no podía recordarlo.

El manager nos había dejado solos en la agencia y nos informó que el tenía que irse por una emergencia, así que todos nos devolvimos como pudimos. Yixing y Jongin se habían quedado allá para ensayar. No sabía de dónde sacaban fuerzas para continuar. Era objeto de admiración aquello.

 Preocupado por lo que nos había dicho el manager, le pregunté qué ocurría y este en su estado de nerviosismo me sonrió y me respondió "Va a nacer". Instantáneamente una sonrisa se formó en mi rostro. Manager hyung sería padre y verlo tan alegre hacía que yo también lo estuviera. Me había ayudado mucho aquellos días y no sabía cómo podía agradecérselo. Le dije que no se preocupara por mí, que yo volvería a mi cuarto y que cuidaría de las llaves y de su departamento hasta que volviera. El me agradeció y apuradamente se marchó hacia el hospital. Ahora iba tranquilamente recorriendo aquellos ya conocidos pasillos en busca de mis cosas.

¿Qué se sentirá ser padre? Era un sentimiento raro que me recorría el cuerpo y la mente al imaginármelo. ¿Cómo sería mi hijo? Me preguntaba con una tímida sonrisa al pensar en el futuro. ¿Con quién será? Ja... ¿Por qué de repente se me venía a la cabeza la imagen de Lu Han sonriéndome con un niño en brazos? Era ridículo. Nosotros no podíamos tener hijos, por mucho que alguna vez lo hubiera deseado.

Las imágenes de ese día en el baño se hicieron presentes y provocaron que toda la sangre se me viniera a las mejillas. No podía evitarlo. Recordar aquel momento seguía poniéndome nervioso y avergonzado.

"¿Qué diablos estuve a punto de hacer? ¿Qué pensarían los demás si lo supieran"

Al volver al dormitorio Chen me llamó a penas me observó entrar. Iba con un delantal de cocina y con una cuchara de palo en su mano lo que me hizo reír.

-¿Puedes ir comprar pollo asado, por favor? -me preguntó pestañando rápido intentando convencerme tiernamente. Dios, este hyung no se comportaba de acuerdo su edad.

Sonriendo asentí y fui a dejar mis cosas al cuarto, el cual, por suerte, estaba vacío. Pero cuando volví donde él me encontré con mi compañero de habitación a quien le pasaba el dinero y ya casi lo empujaba para que saliera del departamento pronto.

-Ve con Lu Han, Sehun -me dijo Tao dándome un pequeño codazo. Lo miré con los ojos bien abiertos y negué frenéticamente. ¡No! ¿Cómo me iba a dejar sólo con él?

-Sólo ve -me dijo susurrando-. Estoy intentando ayudarte -guiñó un ojo y luego me dio unas palmaditas en la espalda.

No pude evitar ruborizarme cuando ambos fuimos echados casi a patadas por aquellos otros dos por oponer resistencia. Al parecer Lu Han tampoco quería quedarse a solas conmigo. Por mucho que odiara admitirlo, me había comportado como un idiota aquel día así que entendía que estuviera molesto conmigo.

Hyung comenzó a caminar sin mediar palabra y yo lo alcancé antes de que me dejara atrás. No tenía idea de que decir, ni de adonde nos dirigíamos. Yo sólo seguía a Lu Han que parecía concentrado en algún punto fijo frente a nosotros. Suspirando miré el piso y seguí caminando a su lado.

¿Me perdonaría si me disculpo? A lo mejor debe de pensar que soy yo quien está enojado, por eso es que no dice nada, pero... no me atrevo a hablarle. ¿Por qué tenía que ser tan tímido? ¿Por qué no podía cumplir lo que le había dicho a Tao? ¿Por qué no podía cumplir ninguna de mis promesas? Podía dejar pasar todo y así tenerlo de nuevo a mi lado. Claro, si él quería. Pero no podía hacerlo. No tenía el coraje. Agh, me odiaba en momentos como este.

La tienda estaba como a unas cuatro cuadras del edificio. Seguí a mi hyung y nos dirigimos de inmediato hacia los pollos. Lu Han se detuvo frente a unos y los inspeccionó con la mirada, luego me miró y mis nervios volvieron, pero de inmediato volvió a dirigir la vista hacia los animales asados frente a nosotros.

“Dios, su mirada me congelaba…”

-¿Cuál llevamos? -preguntó luego.

-C-cualquiera esta b-bien -intenté decirle, pero mis nervios me traicionaron. Lu Han sonrió un poco y luego apuntó hacia uno.

-Este... ¿llevamos este? -dijo señalando uno. Lo miré y pude darme cuenta que a su lado había uno más grande. Como eran los demás miembros, probablemente se lo devorarían y quedarían con hambre luego, así que negué y apunté el que yo había estado mirando. Después de todo, costaban lo mismo.

-Mejor este

-Son iguales -me dijo riendo y yo volví a negar.

-No, este es más grande -le dije decidido y me acerqué a sacarlo.

-Está bien -suspiró y se encaminó hacia la caja. Yo lo seguí con una sensación rara en mi pecho. No parecía enojado. Me había sonreído. ¿Por qué me encontraba tan feliz de repente?

Al pagar el pollo, dejé a mi hyung y mi vista fue atraída por algunas golosinas que habían a un lado. Escuché la risa de Lu Han y me volteé pareciendo distraído. No podía evitar sonreír. Escuchar su risa era como el mejor regalo que pudieran darme. Me hacía sentir tan alegre que por un momento mi mente se desconectó de la realidad y volví a fantasear con algunas historia imaginadas en mis tiempos de ocio. Pero de repente caí abruptamente de aquel ensueño. Por afuera iba pasando una silueta bastante conocida para mis ojos. Jongin iba caminando con un libro en su manos y el bolso en su hombro. Parecía con la vista perdida, serio... y podría arriesgarme a decir también, que parecía triste. De inmediato mi ánimo cambió.

-¿Qué pasa? -preguntó Lu Han con voz baja, pero sin observarme, al verme distraído durante todo el viaje de regreso.

-No es nada -susurré y seguí caminando intentado concentrarme en el trayecto. Mi mente seguía preocupada por Kai. De hacía días que se comportaba de forma extraña. Nunca sabía a dónde salía y el líder parecía más angustiado cada noche. Algo le sucedía, pero no sabía qué. Bueno, además de lo que había pasado conmigo... Un día había intentado hablar con él. Se había visto un poco más amable de lo normal, así que me acerqué a él decididamente, pero al llamarlo, este sólo me ignoró. Lo volví a llamar, me miró, pero no como yo quería o hubiera esperado. La forma en que me examinaba era como si  fuera un bicho raro, como si no me conociera y lo único que quisiera era que lo dejara en paz porque yo le molestaba. Luego pasó por mi lado y se fue.

Al comienzo estaba triste, pero luego un sentimiento de rabia me inundó. Esa era la misma actitud que tenía con la gente desconocida para él. Era la misma actitud que me había mostrado cuando apenas lo había conocido. En ese momento pude imaginar cómo se sentía Lu Han cada vez que Kai lo observaba en silencio. Me molesté tanto con él que ya no quise volver a hablarle, pero aún estaba preocupado. No era tan fácil de olvidar a quién alguna vez fue tu mejor amigo. Me preguntaba dónde iría o qué haría... pero no me atrevía a preguntárselo directamente. En el fondo estaba dolido, angustiado… desilusionado conmigo mismo por haber creado todo este gran problema y haberle traído tantas complicaciones a otra gente que poco o nada tenían que ver.

Sin querer choqué con una señora. Mi cabeza se había perdido en mis pensamientos otra vez y Lu Han reaccionó más rápido yo, ayudó a la señora con las bolsas de frutas que se habían caído con el impacto y comenzó a pedir disculpas en mi lugar. Me sentí inútil, no podía reaccionar y cuando lo hice, la señora se marchaba.

-No se preocupe. No podría molestarme con este lindo jovencito -decía mirando a Lu Han sonriendo. Este también lo hizo, lo que me hizo responder de manera instantánea a mí. Debía parecer un estúpido baboso al quedarme mirando a Lu Han de aquella forma mientras la mujer se marchaba, pero ni yo lo había notado hasta que este me miró divertido.

-¿Tengo algo? -me preguntó tocándose las mejillas.

-No, nada, hyung. No es nada -dije rápidamente volviendo a mirar el camino que retomamos. Sentía mis mejillas arder y la vergüenza se hacía presente en mi. Podía imaginar la cara de Lu Han en aquellos momentos. Probablemente se estaría riendo de mí.