Más que amigos (EXO FanFic): #36 Descubierto (Kai)

Estaba cabreado. Cabreado de que todo el mundo me dijera como debía comportarme y qué hacer. Todo eso me tenía a tal punto que la mínima cosa me ponía furioso y terminaba pateando todo a mi paso. Mis emociones eran tan cambiantes que hasta Kyung Soo se alejaba asustado de mí. Luego en las noches, cuando ya veía que estaba más calmado, me preguntaba si estaba bien y yo solo le respondía con un cortante "Si". No quería hablar del tema, porque me ponía furioso el ver o sólo recordar a Sehun. Sabía que él no tenía la culpa, era yo, pero seguía destrozado. No podía olvidarlo tan fácilmente. Incluso lo trataba como basura si es que estaba cerca de mí. No sabía qué hacer en realidad, verlo me ponía nervioso, recordaba sus palabras y luego sólo me enojaba.


Luego comencé a desaparecer en las noches. Sólo quería despejarme, pero luego me fui volviendo adicto a ello. Debía hacerlo o si no me volvía loco. Caminar por las calles de Seúl fue mi salvación por esos días. La gente transitando a mi lado, conversando, sonriendo. Todas aquellas cosas que hacían sentir más calmado. Había veces que volvía al antiguo estudio de ballet al que había ido cuando era más pequeño y me pasaba noches allí ensayando, bailando y liberándome. Largos caminos sin destino era mi tarea en las noches heladas y silenciosas, sólo me sacaba de mis pensamientos el aparato en mi bolsillo cuando este sonaba, luego observaba aquella pantalla y una leve sonrisa se formaba en mi rostro.

Siempre me alegraba la noche el ver aquellos mensajes preocupados de Joon Myun Hyung. Sentía que sólo él me ayudaba, claro, Kyung Soo también lo hacía, pero no era lo mismo. No podría explicar las diferencias entre ellos dos, pero sí que la había. Era un sentimiento diferente el estar con Suho que el estar con D.O. Kyung Soo era como una madre para mí, siempre cuidando de mi, pero Joon Myun era algo diferente, como un confidente, alguien a quien podía contarle el más grande secreto y el siempre iba a estar allí para mí. Pero no me atrevía a hablarle de Sehun. Estar con él me ponía feliz, y no quería comenzar a llorar a su lado. Estaba inmensamente agradecido con él por todas aquellas palabras confortantes que me daba sin siquiera saber de qué hablaban yo.

"¿Dónde estás? Estoy preocupado" Era lo que decían aquellos mensajes al comienzo. Estaba inquieto y en todo el derecho de estarlo. Mis salidas siempre eran silenciosas –al comienzo-. Nadie me veía ni escuchaba. Luego sólo sabían que no estaba cuando no me encontraban en casa para la cena, pero nadie preguntaba nada. Con una sonrisa le respondía que estaba bien, que no se preocupara y con eso él quedaba tranquilo por aquella noche. Luego los mensajes comenzaron a cambiar. "Cuídate, no vuelvas muy tarde". Y esas noches al entrar al apartamento escuchaba pequeños sonidos que con una sonrisa ignoraba. Sabía que estaba hasta tarde allí, esperándome y asegurándose que nada me había sucedido. Se preocupaba tanto por mí que terminé tomándole un cariño especial, pero ¿qué era este sentimiento?

Días después se me acercó Kyung Soo con un semblante serio. Me había estado observando todo el día. Lo había notado. Había notado como es que empujaba de vez en cuando a Sehun "casualmente", la forma en que este se me había acercado a hablarme y como yo lo miraba como si no lo conociera. Sabía que D.O me había estado mirando todo ese tiempo, pero poco me importó y al llegar a los cuartos e ir hacia la habitación él se me aproximó.

-Habla con él, Jongin -me decía sentándose en mi cama e intentando buscar mí miraba. Yo sólo suspiraba y observaba hacia la ventana el oscuro cielo, pero no podía. No podía hablarle. Había herido mi orgullo y estaba resentido con él. Me decía que lo odiaba para así no llorar. Pero no podía evitarle y sentándome a un lado de Kyung Soo las lágrimas comenzaban a caer mojando su hombro y sintiendo sus dedos peinando mi cabello e intentando calmarme. Luego... frío. Calles mojadas y congeladas se abrían paso en mi camino. D.O no se daba cuenta cuando salía de la habitación y me iba a caminar, pero Suho sí.

Sentándome en una banca abandonada en medio de un parque alejado de los cuartos dejaba caer mi cabeza y apoyando mis codos en mis rodillas tapaba mi cara y volvía a llorar. Me sentía perdido, decepcionado, estúpido, ridículo... Después una rama quebrándose me alertaba de la presencia de alguien. Un poco desorbitado miraba a los alrededores pero no encontraba a nadie y secándome el rostro con las mangas de mi chaqueta volvía emprender rumbo al departamento.

Evitando siempre el metro, ya que sentía claustrofobia allí dentro, tomaba algún bus y sentándome en los últimos asientos afirmaba mi cabeza en las frías ventanas. Pude ver aquella noche como entre los árboles del parque un abrigo negro serpenteaba con el viento. Lo reconocí de inmediato y una sonrisa se dibujó en mis labios bajo la tristeza de mis ojos.

Las siguientes noches se volvió a repetir. Aquella persona seguía siguiéndome y a mí me alegraba de sobremanera. Tanto era que ya no lloraba. Esperaba hasta tarde hasta sentirlo rodear el parque y cuando lograba escucharlo me ponía de pie y me marchaba. Lo sentía seguir mis pasos y volteando no lograba descubrir a nadie.

Una tarde salí de los ensayos y haciendo el mismo recorrido no pude evitar reír cuando oí maldecir a alguien a lo lejos.

-¿Crees que no me doy cuenta? -dije en voz alta, pero aquella persona no me quiso contestar y supuse que su corazón se había sorprendido.

Al llegar luego al apartamento me sentía feliz. Tan feliz que incluso el ver a Lu Han allí sentado no me hizo cambiar mi estado de ánimo. En cambio lo salude feliz de la vida y este me observó extrañado. Después se escuchó la puerta de la entrada y volví mi vista de inmediato para encontrarme con el líder.

-¿Dónde andabas, hyung? -le pregunté y este me sonrió y se marchó hacia la cocina en donde los demás miembros preparaban algo para cenar sin responderme. Lu Han a mi lado seguía en silencio sin entender lo que ocurría. Sonriéndole y palmeándole el hombro volvía a mi habitación en medio del desconcierto.