Más que amigos (EXO FanFic): #24 El plan sigue en marcha (Kris)

El plan sigue en marcha

Kris

Daba vueltas en la cama, pero cada posición no lograba satisfacerme y terminé levantándome fastidiado yendo hacia la cocina a tomar un vaso de agua.

Durante la tarde había recibido un mensaje, un mensaje que me había dejado perplejo. Si yo la amaba tanto y ella decía sentir lo mismo ¿cómo puede encontrarse a alguien tal fácilmente en menos de un mes? No me cabía en la cabeza que estuviera sucediendo en realidad, por lo que me negué a aceptarlo, pero la noticia seguía rondando mi cabeza y no me dejaba conciliar el sueño por muy cansado que estuviera

El líquido corrió frio por mi garganta dejándome una sensación de más calma, pero no podía llevarse de la misma forma mis pensamientos arremolinados. En un intento de apartarlos intenté recordar cosas que me trajeran alegría. Recordaba momento pasados con los demás miembros y festividades en familia. Luego un recuerdo más reciente me hizo sacar una sonrisa.



Aquella tarde había llegado de la práctica a almorzar, me encomendaron llamar al maknae Tao a que fuera a comer, por lo que fui a su cuarto, pero estaba hablando por teléfono así que decidí esperar a que terminara para así no molestarlo.

─No, Lay aún no deja el plan. Creo que se lo está tomando muy enserio, ya comienza a preocuparme… ¡No! No estoy celoso, es sólo q-que… no sé, verlos e-es raro… No, no puedo admitirlo, me haría sentir un tonto decirle que tenía razón y que sí me gusta Wufan gege.

Mis ojos se abrieron en sorpresa. Así que he allí la razón de las extrañas acciones de Yixing. No podía creerlo, aunque por otro lado le encontraba un poco de sentido. Pero… ¿Tao gustaba de mí? Eso era un poco más… complicado de procesar.

El menor se había despedido así que decidí hablarle de una vez.

─Tao, a almorzar ─le anuncié provocando un pequeño saltito de su parte.

─¡Gege! ¿De hace cuanto que estás ahí? ─preguntó notablemente nervioso.

─Ah… desde la parte de “Ya adiós, cuídate, mándale saludos a la tía y dile que gracias por los calzoncillos de panda”, si quieres lo omito y no pregunto nada acerca de los calzoncillos de panda.

Sus mejillas tomaron de inmediato un color encendido y bajó la vista ocultando su rostro con sus manos.

─Ya, vamos a comer ─le alenté y este corrió como flash a la cocina. Al parecer tenía mucha hambre.

Aquel recuerdo seguía haciéndome reír y provocándome ternura. El maknae era un verdadero niño pequeño, por mucho que quisiera aparentar lo contrario con sus técnicas de wushu yo seguía tratándolo como un bebé y esas conductas sólo lo corroboraban aún más.

Unas manos me sujetaron por la cintura, me volteé y Yixing me miró penetrantemente. De inmediato pensé en el plan del que hablaba Tao en la tarde.

─Ve a dormir, yo voy de inmed-

Pero no me dejó terminar ya que sus labios habían chocado con los míos silenciándome. Sus brazos subieron a mi cuello y sus manos se enredaron en mi pelo. Me encontraba tan cansado que aquella caricia lograba relajarme. Un momento pensé en Tao y los celos que intentaba provocarle Lay, y al otro pensé en mi ex y sus suaves labios. Los de Lay se asemejaban mucho, sólo que este no era muy delicado que digamos.

Abatido, luego de todo lo que había ocurrido, sólo quería irme a dormir –o al menos intentarlo-.  Puse mis manos en su pecho dispuesto a detenerlo cuando la voz de Jongin sonó en la cocina.

─Ugg, vomitaré con tanto amor. Todos felices y uno aquí que ni las moscas lo quiere ─pude notar en él la bolsas que se formaban en sus ojos, y como caminaba débilmente hacia el refrigerador.

La sorpresa me asió, al igual que a Lay, pero al ver su cara de asombro y el notorio sonrojo en sus mejillas no pude contener una carcajada.

Kai no había encontrado nada en el refrigerador, así que se dirigió hacia la alacena, pero luego de vaciarla se dió por vencido.

─¿Qué te pasó hoy, ermitaño? ─pregunté, pero este me ignoró deliberadamente pasando por al frente mío hacia otra gaveta con el mismo resultado que el anterior. Nada.

─A lo mejor debería emborracharme como Lu Han ─suspiró apoyándose sobre la mesa de la cocina y yo lo fulminé con la mirada. No me causaba nada de gracia aquello y aún estaba un poco molesto con la situación como para que se burlara de ello. Iba a responderle, pero Lay me sujetó del brazo y le dijo:

─El helado es mejor para las penas y no te deja resaca... ─lo que provocó una sonrisa en el menor.

─Lo decía en broma ─se me dirigió cuando Lay le entregó un bote de helado de chocolate con una cuchara─ es solo que estoy molesto… y triste… y muchas cosas más juntas ─decía con dificultad atragantándose con helado─, así que no me tomes en cuenta porque hablo sin pensar ─y seguido de eso me dedico una sonrisa –como pudo en realidad- y se marchó hacia el living a ver televisión─. ¡Yo quiero el control! ─gritó a Yixing que lo intentaba detener entre risas.

Me encaminé hacia donde ambos se encontraban y en el camino choqué con Lay que iba a buscar más cucharas, así que me detuve esperarlo, pero al volver traía entre sus manos otro helado.

─Me entró hambre también… ¿quieres? ─me estiró una cuchara. Me acerqué a tomarla, pero él encogió el brazo impidiéndome hacerlo y termino comiéndose él el helado, seguido de eso me hizo señas como para que se lo sacara de la boca.

─Deja de actuar así ─me reí y me ignoró comiendo más helado─, ya sé por qué lo haces ─ahora sus ojos se abrían de par en par en mi dirección─. Escuché a Tao hablando del tema ─se me acercó preocupado─, pero él no sabe que lo escuche ─suspiro un poco aliviado e iba a decirme algo, pero ahora era mi turno de callarlo─ Sabes… deberíamos seguir con el plan, veamos hasta donde llega ─No sabía exactamente la razón que me llevaba a hacerlo, pero no perdía nada con intentarlo.

Yixing me observó en silencio y luego las risas inundaron su boca –casi sin dejarlo respirar- haciendome a mí también sonreír. Su cara de había vuelto roja, me acerqué a tocarla y efectivamente estaba ardiendo. No sabía si por las risas, o se estaba enfermando de verdad.

─Te estás quemando ─le dije haciendo que volviera a reír, pero con un dejo de nerviosismo ante mis acciones. Acerqué mis labios y los apoye en su frente.

─¿Qué haces? ─me reprendió pegándome levemente en el pecho.

─Tomaba tu temperatura ─y volví a aproximarme pero esta vez a darle un beso en los labios, recibiendo otro golpe de su parte.

─El plan es que hagas eso cuando Tao este aquí.

─Da igual, es divertido ─lo tomé de la cintura e intentó separarse pero entre los forcejeos le robe otro beso. Me causo gracia el ver como se volvía poner rojo, pero ahora por otra razón.