Si hubiera tenido personalidad hubiera llamado a Dougie, le hubiera preguntado como estaba, le hubiera dicho que era muy especial para mí, le hubiera dicho que lo extrañaba... que quería verlo. El me hubiera hecho reír, me hubiera levantado el ánimo. Él sabía hacerlo. El sabía como hacerme sentir especial, querida. El era la persona más impórtate en esos momentos. Lo quería a mi lado, pero no era posible, porque no me atrevo. Aún tengo su numero en mi teléfono, mi teléfono está a mi lado, solo tengo que buscar su numero y llamarlo, escuchar su voz.
("Mimi: su voz de nenito de jardín" gracias por tu cooperación xD)
No sé como llegó a ocurrir, pero unos segundos después mi teléfono tenía la luz encendida.
Llamando: Dubi Poynter
Dubi, mi apodo para él. Solo para él. ¿Pero que le diría? ¿Me respondería? ¿Que pasa si estaba enojado conmigo? Tal vez ya no me recordaba. Tal vez solo fui una chica más en su vida. No, Doug no era así. Supongo.
—¿Hola?
Y mi corazón se detuvo. Era él.
—¿Mick?
Me recordaba
—¿Mick, estás?
Pero yo no podía hablar. ¿Que diría? ¡Alguien dígame!
—Te extraño... —dijo en un susurro, cuando entendió que yo no podía hablar.
¡Me extrañaba!
—Te tengo una sorpresa —dijo con, lo que pensé, fue una sonrisa. Y cortó.
Mi corazón volvió a latir.
¿Que quería decir? Douglas era misterioso cuando se lo proponía. Me gustaba el misterio. Pero ahora si que estaba confundida. Una ola de alegría me llenó. Era Dougie. Mi teléfono comenzó a sonar con el tono que le tenía para mensajes.
—¡Estoy feliz! —les grité acercándome. Con las chicas me sentía cómoda.
La fiesta estaba mejor de lo que yo me habría imaginado. Había muchas chicas y chicos bailando en el centro de la pista, y a los lados había mesas con algunos picadillos y cosas por el estilo. Javy me tironeaba el brazo para que fuéramos a bailar, pero yo no quería. Estaba un poco nerviosa, lo de Doug me había dejado preocupada. Al final Javy se fue a bailar con un chico de pelo castaño que no miré mucho, pero ella parecía conocerlo y se fueron conversando y riendo.
Me senté al lado de la ventana, me encantaba la vista desde allí. Se veía el lago y la luna cayendo sobre él. Además que era más tranquilo, te podía desconectar de lo que pasaba. Sabía que Doug me había dicho que me divirtiera y precisamente, eso no era lo que estaba haciendo. Pero muchas cosas me incomodaban.
Aquel chico que había visto en el bosque era tan parecido a él. La fiesta era la mejor forma para divertirse que Doug conocía, porque siempre me hablaba de eso antes. Y Javy estaba un poco rara desde aquella tarde en el bosque.
-Perdon, pero ¿quisieras bailar conmigo? -dijo una voz que parecía sonar en mi cabeza, solo mi imaginación, pensaba yo. Me volteé y vi al chico más perfecto que había visto. Pero no era real. Miré hacia el lago nuevamente. Mi mente me estaba traicionando, no podía ser verdad, solo quería que yo estuviera feliz. Pero si hasta mi mente, mi cerebro, le mandaba todo tipo de señales a mi cuerpo para que estuviera feliz, ¿por qué no podría pensar en divertirme con aquel chico imaginario? No tendría nada que perder, y cumpliría la palabra de Doug, me divertiría.
Sentí los brazos del chico por detrás y se cerraban rodeándome. Susurro las palabras que me hacían sentir pérdida y que con solo su voz sonaba inexplicablemente perfecto.
-Te dije que te divirtieras, ¿no quieres bailar conmigo?
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