Más que amigos (EXO FanFic): #39 Metro (Suho)

Otra vez lo mismo. Tomaba mi abrigo y saliendo cuando los demás miembros estaban distraídos me encaminaba por conocidas calles de Seúl. Tenía por seguro el lugar en donde se encontraba mi objetivo. Varios días había hecho el mismo recorrido y no había razón para detenerme. Me preocupaba qué era lo que ocurría con él. Ahora estaba mas tranquilo al saber que nada le pasaba y que estaba cada día mejor, pero ¿por qué ese cambio de actitud de la noche a la mañana? Sabía que él lo había notado, pero no me había dicho nada en contra de aquello, así que yo sólo continúe con las salidas furtivas. Me gustaba seguirlo, me gustaba él eso era seguro. ¿Cómo un pequeño me había hecho todo esto? No lo sabía, pero poco me importaba, sólo quería que estuviera bien.


Con la excusa de tener que ir a comprar un regalo para un amigo que estaba de cumpleaños, cosa que tampoco era total mentira, volví a salir de la sala de ensayos antes que lo demás lo hicieran. Él se había ido hacía una media hora y yo seguía sus mismos pasos. Busqué primero en el parque, el cuál era el lugar que más frecuentaba, pero al no hallarlo ahí fui hacia las calles serpenteantes y apretadas buscando el antiguo estudio de ballet. Allí tampoco lo encontré, incluso pregunté a la señora que atendía un negocio en la esquina, pero ella tampoco lo había visto. Por último decidí ir hacia su colegio, específicamente en la biblioteca. Este también era un lugar al que iba seguido, muchas veces lo encontré haciendo tareas sentando en una de las mesas a las que mejor le llegaba la luz natural. Varias veces me comentó que le gustaba leer, así que era otra de las razones por la que la biblioteca era un buen lugar para encontrar a Jongin.

Su pelo negro caía como una cortina sobre sus ojos, su mano sostenía el bolígrafo con un movimiento constante y en ocasiones se daba vuelta a mirar por la ventana. En un momento se paró y se encaminó hacia los estantes a buscar un libro. Yo me quedé sentado en el mismo lugar observando divertido y luego una idea se me pasó por la cabeza. Revolví entre las cosas de mi bolso y al final encontré un pequeño bocadillo que había dejado por si me daba hambre durante la práctica. Lo observé unos segundos más y al notar que aún no encontraba lo que buscaba me apuré hasta su mesa para dejar el pequeño alimento sobre su cuaderno. Al volver Kai lo quedó mirando extrañado, observó a ambos lados pero no había casi nadie y quienes habían estaban concentrados en sus cosas. Al rato se volvió a parar y yo me acerqué nuevamente a su mesa a dejarle un pequeño dulce que había encontrado en mi bolsillo. Jongin lo miró y se puso a reír cuando volvió. A la tercera le dibujé una carita feliz en su cuaderno junto a unas palabras: "Fighting~!" y este volvió a reír moviendo su cabeza en un gesto que encontré adorable. Pude darme cuenta que murmuraba algo, pero desde donde estaba no alcanzaba a escuchar.

Horas después Jongin ordenó sus cosas y se marchó. Supuse que iría hacia el metro por la hora que era -no había casi nadie por allí en aquellos momentos- y así fue. Hubo veces en que tomé el mismo vagón que él para estar seguro de que estaba bien -su claustrofobia me ponía los pelos de punta-, pero otras esperaba el siguiente para que no notara que lo seguía. Esta vez decidí ir con él. Horas después agradecería haber tomado aquella decisión.

El viaje fue normal, sólo hasta pasada la media hora, ya que luego las luces comenzaron a prender y apagar causando que la gente comenzara a inquietarse. Luego se detuvo y una voz resonó por los parlantes:

-Estamos teniendo problemas técnicos, los solucionaremos lo antes posible, mantengan la calma

De inmediato busqué a Jongin entre la gente, pero me fue casi imposible de no ser por una señora que justo se agachó para tomar en brazos a su hijo. Allí estaba, sentando, moviendo su pierna rápidamente con un golpeteo casi frenético. Dudé unos segundos en acercarme, pero al final lo hice de todos modos, no aguantaba verlo en aquel estado sabiendo lo mal que se ponía con cosas como aquella. Si con que sólo se corte la luz ya se pone como loco, no quería ni imaginar cómo debía estar.

Entre tropezones y regaños de algunas personas me abrí paso entre la multitud. Él seguía mirando hacia todos lados con cara de asustado. Una niña pequeña había comenzado a llorar y su madre hacía todos los intentos de retenerla, pero no había caso, sólo logró que la niña llorara con más fuerzas. Kai se comenzó a poner más nervioso y el jugar de sus manos me lo corroboró.

Finalmente llegué hasta el. Él no lo notó si no hasta cuando lo rodee por la cintura con mis brazos. Jongin no respondió, en cambio seguía observando a la pequeña niña y se colocaba más nervioso. Me acerqué más a el y le susurré en el oído:

-Tranquilo... aquí estoy

Kai se volteó y me respondió el abrazo. Froté su espalda intentando calmarlo. Poco me importó que la gente comenzara a mirarnos raro, yo sólo me dedicaba a tranquilizar a mi pequeño Jongin. Acaricie su cabello y así pasamos largos minutos en que la gente comenzaba a alzar su voz cada vez más al ver que nada ocurría. Jongin se aferró con mayor fuerza al escucharlos y yo lo apreté con mayor fuerza. Kai se frotó los ojos y se tapó el rostro. Yo me quedé preocupado a su lado sin decir ni una palabra. Rebusqué en el bolsillo de mi abrigo y saqué mi teléfono. Habíamos pasado casi quince minutos allí dentro... y no había señal. Miré a Kai, este observaba el celular en mi mano con una expresión que no supe descifrar, sólo pude apretar su hombro y este entonces me miró por primera vez en todo aquel rato.