Halloween Night (EXO One-shot)

Halloween en pleno febrero... soy la persona más rara de la faz de la tierra... xD creo que me pondré a escribir algo con relación a San Valentín, por cierto, estoy de santo ese día (mi segundo nombre es valentina, una A da lo mismo, sigue siendo mi santo xD) así que salúdenme o los cuelgo ¬¬ ashjshdjsa no, mentira ^^ lean felices de la vida :B amo esta OTP ♥.♥ son tan... sajdhjshdjsd ♥

Título: Halloween Night
Fandom: EXO
Tipo: Oneshot
Pareja: Kris/Lay
Género: Una pizca de suspenso, otro poco de fluff y una cucharada de romance (?)
Clasificación: PG-13
Advertencias: -
Resumen: Kris y Yixing son primos. Ambos se odian, pero ¿alguna vez se preguntaron por qué lo hacían?


El otoño había llegado y con él una pequeña brisa hacía crujir las ramas de los arboles que dejaban caer sus anaranjadas hojas con un vaivén hipnotizante.

Kris había estado horas mirando por la ventana de la sala a través de los enormes ventanales que  había al lado derecho de la habitación. Sus pies descansaban sobre el sofá y sus manos se mantenían detrás de su cabeza en un gesto de total relajo. Cerró sus ojos unos segundos y luego suspiró para volver la vista al escuchar pasos apresurarse.

Lo había olvidado, no estaba totalmente solo en aquella pequeña gran casa, como él solía llamarle. La realidad era que vivía en una especie de mansión, pero para él, quién era una persona con grandes intereses y había olvidado de hacía tiempo lo que era la humildad, era poca cosa. Las paredes y salas decoradas por especialistas, los muebles que adornaban cada rincón de aquel lugar de una forma estratégica para él no eran algo más que aburrido y simplón.


─Esperábamos que llegara mañana en la tarde, ¿qué sucedió, querido? ─preguntaba la amable y regordeta mujer, que había estado trabajando hacía años con la familia, al recién llegado.

─Me aburría sólo en casa, así que me vine antes ─dijo la inconfundible voz de su primo avanzando por el pasillo.

Pudo escuchar entonces las ruedas de la maleta contra el piso reluciente del pasillo que había entre la recepción y en la que en aquel momento se encontraba descansando de su agotado día de no hacer nada el muchacho de cabello rubio.

Kris volvió la vista al viejo roble que había en el patio y las hojas volvieron a caer con un fuerte viento. El día comenzaba a nublarse y era un hermoso paisaje en tonos amarillos y anaranjados el que se imponía ante su vista y se iba apagando de a poco. Entonces Yixing entró en la sala y la mujer se fue.

─Llegaste ─murmuró Kris sin mirarlo.

Nunca se habían llevado bien, y no era por alguna razón en específica, era sólo que Kris no podía soportar respirar el mismo aire que el castaño por más de cinco minutos, ni si quería sostener su mirada por más de dos segundos. Siempre había sido así desde que el menor tenía memoria, pero nunca le había preguntado la verdadera causa de su molestia, se remitía a contestarle en forma burlona y luego irse con su otro primo, quién era completamente diferente al alto.

─¿No es obvio? ─se burló el castaño para luego observar con curiosidad los alrededores. La casa había cambiado un poco en los meses en que se había ausentado.

─Lu Han no está ─le informó el mayor y sus miradas se encontraron cuando el timbre sonó de improviso tomándolos a ambos por sorpresa.

Y como era de esperarse, sólo duró un segundo aquel contacto invisible que habían formado y de inmediato separaron. Kris se concentró en la ventana y el menor en el pasillo por donde voces de jóvenes se aproximaban.

─¡Yixing! ─gritó un animado Lu Han lazando su mochila sobre el sofá en donde Kris se había tendido y luego corrió a abrazar a su primo como si no lo hubiera visto hacía años.

Kris miró la espalda de su hermano y cómo su primo sonreía respondiendo felizmente aquel saludo, entonces pateó la mochila de Lu Han, la cual había caído en sus piernas, y se levantó para pasar a un lado de los acompañantes del recién llegado sólo notando como estos le dejaban el camino libre.

Siempre había dado un aire que hacía que la gente se alejara de él.

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─No te esperaba tan pronto ─le decía el rubio mientras lo dejaba entrar a la habitación que su primo siempre había ocupado en las tantas visitas que le había hecho.

─¿Tu eres Yixing? ─preguntó entonces un chico con cara redonda que tímidamente había entrado seguido de los otros dos.

─Sí ─respondió el aludido mirándolo con una sonrisa.

─Lu Han siempre habla de ti ─le dijo Min Seok para recibir un golpe del otro apenas hubo escuchado aquello y luego lo arrastró hasta la puerta para que fuera con los demás a la cocina.

─¡No es verdad! ─gritó Lu Han mirando su primo. No le gustaba que dieran a conocer el infinito cariño que tenía hacia él, luego no podía verlo a la cara sin sentirse avergonzado.

Yixing sólo rió dejando sus cosas a un lado de la cama y no dijo nada, nunca lo hacía para no hacer sentir peor a su primo.

─¿Kris te dijo algo? ─preguntó Lu Han saliendo de la habitación con Yixing a su lado a paso lento.

─Nada por lo que te tengas que preocupar ─rió el castaño.

─Anda odioso estos días, no lo tomes en cuenta si te molesta.

─¿Estos días? Yo diría que todo el tiempo ─volvió a sonreír─.

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─Hoy es noche de brujas, ¿haremos algo? ─preguntó un animado Jong Dae notando de inmediato las miradas de Lu Han y Min Seok clavarse en él.

─¿Ir a pedir dulces? ─bromeó el mayor de todos afirmado en el lavaplatos de la cocina.

─¿No crees que estamos un poco grandes para eso? ─preguntó Lu Han mirándolo directamente a los ojos.

Min Seok se encogió de hombros con una sonrisa en sus labios y se recargó en el mueble detrás de él. Jong Dae se quedó en silencio observando a Tao que distraído miraba hacia la sala en donde antes había estado el hermano de Lu Han.

─¿El ceniciento tiene que irse a casa antes de la medianoche otra vez? ─preguntó entonces Jong Dae haciendo que Tao riera y su mirada volviera a  la cocina.

─No, esta vez me dieron permiso ─dijo orgulloso por su reciente triunfo.

Su madre solía ser demasiado sobreprotectora con él aunque ya conociera a sus amigos de casi toda la vida.

─Ahora me dijo que debía independizarme.

─¿Te está echando de la casa? ─preguntó Lu Han riendo.

─Algo así… ─lo acompañó Tao─. Dijo que estaba lo bastante grande y que ella ya estaba vieja y cansada como para cuidar todo el tiempo de mí.

─Tao… tu madre es la más joven de entre todas las nuestras ─le objetó Min Seok y el menor sonrió.

─Lo sé, pero según ella, está vieja y antes que decirle algo y comenzar la tercera guerra mundial lo dejé ahí.

─En fin, ¿qué haremos? ─cuestionó entonces el dueño de casa mirando a su primo que estaba con la vista perdida en el jardín.

Las nubes habían comenzando a ocupar todo el cielo e insinuaban a comenzar a dejar caer su líquido sobre los alrededores.

─¿Historias de terror? ─propuso tímidamente Yixing volviendo la vista.

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Kris había estado merodeando por los alrededores de la habitación de su hermano cuando este había entrado con todos sus amigos y su primo. Según él, sólo tenía curiosidad de saber qué era lo que hacían, pero la verdad era que tenía un poco de envidia de ver como su misma sangre compartía con otros sin problema alguno, no como él que con suerte tenía un conocido cercano, al que ni si quiera podía llamar su amigo.

Estuvo escuchando cada una de las historias que el grupo de chicos contaba con la luz apagada y con sólo una pequeña linterna iluminándolos, cuando de repente la luz del pasillo en donde se encontraba Kris comenzó a parpadear y luego se fue. Un poco sorprendido miró alrededor y luego hacia la puerta entre abierta de la habitación de Lu Han y comprobó que ninguno de ellos lo había notado. Caminó entonces hacia el final del pasillo y observó por el ventanal que afuera había comenzado a llover y cada vez parecía haber más y más viento.

Kris buscó a tiendas las escaleras para buscar a la empleada que siempre se quedaba hasta altas horas de la noche por el primer piso, pero no pudo encontrarla por ningún lado por lo que suspirando pesadamente pensó en ir con los demás aunque su fuerte orgullo no se lo permitiera.

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─Basta de historias ─dijo un asustado Tao cuando Min Seok acabó con la suya.

Yixing lo había estado observando todo el rato mientras el menor de a poco se iba escondiendo dentro de su holgada sudadera hasta que ya sólo se podían observar sus dos pequeños ojos asustados alumbrados débilmente por la luz de la linterna que Jong Dae sostenía.

─Bien, entonces qué hacemos ─preguntó Lu Han estirando sus extremidades y dejando escapar más de algún bostezo.

Habían permanecido horas en la misma posición metidos totalmente en las historias profiriendo más de algún sonido de asombro cuando las palabras de quién contaba la historia los tomaban por sorpresa.

─Juguemos a la verdad ─propuso Tao saliendo de su escondite.

─Ese es un juego de chicas ─se opuso Jong Dae de inmediato alumbrándolo con la linterna y dejándolo momentáneamente ciego.

Minutos después Jong Dae tuvo que tragarse sus palabras porque los demás habían aceptado la propuesta de Tao pensando en qué verdades sacarles a sus amigos. Sólo Yixing estaba tranquilamente sentando en una esquina riendo con la conversación que surgía en el momento, hasta que fue su turno de preguntar.

─¿A quién eliges? ─preguntó Min Seok cruzando los dedos que no fuera él.

─A Kris ─dijo entonces causando que todos se observaran.

─Pero él no está aquí ─dijo Lu Han jugando con una almohada que había sacado de su cama para estar más cómodo.

─Detrás de la puerta ─informó el castaño y todos se voltearon.

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─¿Qué hacías? ─lo cuestionó Lu Han apenas su hermano había entrado en la habitación y Tao le había cedido su puesto por lo que había quedado a un lado de él.

─Se cortó la luz ─dijo el rubio con un gesto cansado.

─Oh ─respondió simplemente para luego mirar a Yixing que jugaba con su cordones─. Esto me recuerda una historia ─agregó haciendo que todos lo miraran interesados─. Es sobre esta casa.

Tao sujetó en silencio el brazo de Min Seok y este distraído totalmente por un trueno que se había escuchado no se dio ni cuenta. Yixing se acercó sigilosamente a un lado de Lu Han para escucharlo más fuerte y Jong Dae de un momento a otro dejó de jugar con la linterna. Kris en cambio lo miró desinteresadamente apoyando su cabeza en su mano derecha y casi cerrando los ojos para comenzar a dormir.

─Dicen que los primeros días de noviembre se escuchan voces venir desde la cocina, una tarde se lo pregunté a la señora Kim y me dijo que era verdad, luego me contó la historia ─dijo Lu Han y Jong Dae de inmediato se acercó un poco más.

─Cuenta ─dijo totalmente interesado.

─Esta casa ha pasado por muchos años de familia en familia, dicen que la familia que la tuvo antes que nosotros tenía un hijo, este hijo solía ser muy enfermizo por lo que no le permitían ir a la escuela así que estaba todo el día en casa recorriendo los pasillos y ayudando a los criados en las tareas. Sus padres no estaban nunca en casa porque eran importantes empresarios así que nunca se enteraban de que este ayudaba con la tareas de la casa, porque si lo hubieran sabido no se lo hubieran permitido, pero como el niño se aburría, muchas veces pasaba tardes enteras en la cocina, pero una noche, luego de Halloween, el niño decidió hacer una comida para darles la bienvenida a sus padre que volvían al día siguiente después de un largo viaje. Como el día era feriado la mayoría de los criados tenían libre para ir con sus familias, por lo que sólo quedó una vieja señora a su cargo, pero como esta estaba tan cansada se fue a dormir y no se enteró de lo que el chico hacía. Aquella noche la cocina se incendió y los gritos del muchacho se ahogaron con el fuego, la mujer nunca apareció y los padres sólo se encontraron con la mitad de la casa bajo cenizas y el cuerpo de su hijo quemado. Es por eso que dicen que los primeros días de noviembre se escuchan voces o gritos venir de la cocina, se siente olor a humo o de repente dicen ver al pequeño rondando por los pasillos buscando a sus padres.

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─Lu Han te odio ─dijo Tao apenas había acabado de contar la historia el rubio y él se encontraba casi ahorcando a Min Seok que seguía sin darle importancia.

Kris se había quedado en silencio por lo que parecía casi dormido y Jong Dae y Yixing continuaban dándose miradas cada vez que un trueno se oía a la lejanía, entonces Lu Han se puso a reír a toda voz y dijo:

─¿No se la creen cierto? Son sólo historias, chicos.

Pero todos guardaron silencio y Lu Han se arrepintió de haber contado la historia. Entonces un trueno se escuchó demasiado cerca y Tao gritó aferrándose, y casi ahorcando, a Min Seok que por fin se había dado cuenta la posición en que se encontraba con el menor. Yixing dio un salto y lo mismo hizo Jong Dae que terminó cayéndose de espalda. Kris cerró sus ojos y cubrió su cara, pero de inmediato volvió a su antigua posición cerciorándose de que nadie lo había visto. Lu Han fue el único que se quedó congelado en el lugar observando la puerta de la habitación entre abierta la cuál habría jurado que estaba cerrada hacía unos momentos.

─Tengo hambre ─acabó por decir restándole importancia─. ¿Alguien quiere algo de la cocina? ─preguntó poniéndose de pie y yendo hacia la puerta.

─No vayas o… morirás ─dijo totalmente aterrado Tao mientras escondía su rostro en el hombro de Min Seok que tímidamente le acariciaba la cabeza.

─No seas dramático ─dijo Lu Han tomando el picaporte, pero dio un salto al ver a Jong Dae a su lado sin haberlo escuchado si quiera dar un paso.

─Yo te acompaño ─murmuró y el rubio asintió débilmente suspirando. Le había dado un susto de muerte.

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─Se han demorado mucho ─murmuró Tao aún apoyado en Min Seok, quién ahora se estaba quedando dormido sentando en el cuarto de Lu Han.

Yixing estaba dando vueltas mirando los estantes y alumbrando una pequeña linterna que había encontrado en uno de los cajones y Kris estaba acostado en la cama de Lu Han observando el interior de sus parpados.

─Deben de haberse perdido en la oscuridad ─susurró Yixing en tono misterioso lo que le valió un escalofrío a Tao y una mirada de odio de parte de Min Seok que estaba siendo ahorcado nuevamente.

─Lu Han conoce la casa bastante bien como para perderse, aún si no hay luz ─dijo Kris tiempo antes de bostezar y volver a su “sueño”.

─Quiero ir al baño ─musitó Min Seok y Tao volvió a apretarlo con fuerza.

─No, tú te aguantas ─dijo Tao autoritariamente.

Yixing se volteó a mirarlos y Tao volvía a enterrar su rostro en el espacio que había entre el hombro y el cuello del mayor, entonces una sonrisa se dibujó en sus labios al observar al nervioso chico y cómo sus mejillas se volvían coloradas en la oscuridad del cuarto.

─El baño no está lejos ─avisó entonces el moreno y volvió a mirar los estantes llenos de libros que tenía su primo. ¿Desde cuándo leía tanto?

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─No dormirán esta noche ─dijo Yixing mirando por la ventana como la lluvia caía sobre los arboles botándoles las pocas hojas amarillentas que les quedaban, entonces un nuevo trueno sonó a lo lejos.

Kris seguía acostado sobre la cama de Lu Han mirando el techo sin tener nada interesante que decir. Nunca sabía que decir cuando se quedaba a solas con Yixing, era como si las palabras se le fueran de la boca y se quedaba mudo con un silencio eterno alrededor, en cambio Yixing siempre sabía qué decir, aunque esto no tuviera mucha relevancia en la conversación, no como Kris que se limitaba a un "Ajá, hum, sí y no" y frases obvias para llenar el incómodo vacío.

─Aún me debes una respuesta ─dijo entonces Yixing acercándose al mayor hasta quedar a los pies de la cama y recordando la razón de por qué Kris estaba en el mismo cuarto que él en primer lugar.

Kris no se movió ni un sólo centímetro esperando que el otro dejara el tema y volviera al silencio. En realidad no quería responderle nada a Yixing, porque ya se imaginaba de antemano cuál iba a ser su pregunta y también tenía demasiado clara la respuesta y no tenía el valor como para admitirlo en voz alta, mucho menos con su primo presente. El causante de todo.

─¿Por qué me odias? ─preguntó entonces Yixing subiendo su rodilla a la cama, pero por más que trataba de llamar su atención el otro no se movía ni parecía querer hablarle.

─No te odio ─dijo entonces cuando el otro pensó que ya no había caso y estaba decidido a ir a buscar a los otros.

Kris se sentó en la cama y lo miró directamente a los ojos, como nunca antes lo había hecho, sí, ahora había sostenido su mirada por más de dos segundos y estiraba su brazo para tomar la solitaria mano de Yixing que descansaba a un lado de su cuerpo.

─¿No? ─preguntó anonadado el castaño sintiéndose nervioso de repente.

Kris tiró de Yixing y este se sentó a su lado sin dejar de sostener su mano.

─No, la verdad es que no te odio, no... Todo lo contrario ─aceptó el mayor.

─¿Osea que me amas? ─rió Yixing causando que el otro lo mirara de forma asesina, pero sólo duró unos segundos por que luego una blanca y reluciente sonrisa, nunca antes vista, fue tomando forma entre sus labios.

─Eres parte de mi familia, es obvio que te amo ─contestó despreocupadamente volviendo la vista al torrente de lluvia que azotaba la ventana.

Yixing no supo cómo interpretar aquello que estaba sintiendo en aquel momento. La mano de Kris aún seguía unida a la de él y su corazón no había parado de latir con fuerza. Sentía que en cualquier momento este se iba a salir o se desmayaría, pero por otro lado sentía seguridad y firmeza en aquellos dedos que se aferraban fuertemente a él.

Entonces Kris lo miró detenidamente y sintió que todos sus pensamientos estaban expuestos. Sus labios fueron apresados sin previo aviso por los del mayor y Yixing se sintió desfallecer.

¿Era eso lo que había estado sintiendo todo este tiempo? ¿Amor? ¿Amaba a Kris? ¿Qué diablos le ocurría?

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─…y de pronto escuchamos un ruido raro que nos congelo por completo, entonces nos daba miedo volver… y es por eso que tardamos tanto ─concluyo Lu Han su relato de la “gran” aventura que habían vivido en busca de alimentos.

─¿Y la comida? ─preguntó Tao sin poder ocultar una leve sonrisa.

Yixing lo miró interesado. ¿Qué demonios había sucedido en el baño? Bueno, si es que a ese lugar se habían dirigido… Min Seok lo miró de reojo y sostuvo su brazo en silencio. Lu Han miró a Jong Dae y este se encogió de hombros.

─Creo que la tiré por algún pasillo en medio de la oscuridad ─murmuró, observó sus delgados dedos y bajó la vista para guarda silencio.

─¡Tengo hambre! ─exclamó Tao haciendo un pequeño puchero.

─Voy a buscarla ─dijo Yixing suspirando y poniéndose de pie para ir hacia la puerta.

En eso escuchó a su espalda la voz de Kris:

─Yo te acompaño.

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─Así que te gusto ─rió Kris afirmándose en la mesa de la cocina mientras observaba como su primo vertía sobre un bol algunas golosinas las cuales ni el mismo Kris tenía idea de que habían en la casa. A veces podía ser un poco demasiado distraído.

─Y yo a ti ─le siguió el juego.

Kris permaneció en silencio observándolo atentamente. Sus pestañas bailaban tal cual lo hacían aquellas hojas anaranjadas desde la ventana.

Sí, Kris era distraído, pero si se cerraba sus ojos y pensaba en Yixing podía imaginarlo tal cual estaba en aquel momento. Zapatos oscuros, jeans gastados, una polera verde y una camisa sobre ella, sostenía en sus manos el bol repleto de comida y una sonrisa surcaba sus labios.

Kris abrió sus ojos y, como si los hubiera tenido abiertos todo el tiempo, aquella misma escena sucedía frente de él.

Se inclinó un poco hasta estar a la altura del moreno y acaricio sus labios tiernamente. Yixing sonrió y estiró su cuello para tocar los del mayor, una de sus manos subió a su cuello y la otra sostuvo con firmeza el bol, no quería después tener que dar explicaciones de por qué no llegaban con comida, pero… probablemente sí tendrían que explicar el por qué tardaron veinte minutos sin mencionar nada sobre besos y caricias en la mesa de la cocina.

No, Yixing era demasiado lento como para pensar en alguna mentira en sólo cinco minutos, tendría que dejarle el trabajo a Kris para que los fulminara en silencio mientras él recordaba la sensación de sus labios sobre los suyos e intentaba bajar a tierra para que Lu Han no sospechara de la secreta relación que ahora tenía su hermano con su primo. Sí... eso sería difícil...