Danny giró su cabeza y se encontró con la rubia que le sonreía animándolo para sacar un papel. Así lo hizo, pero no lo abrió hasta cuando salió del salón y estuvo en la mesa con sus amigos. Olivia venia con su grupo de amigas, por lo que Danny se apuró a esconder al papel en su bolsillo trasero.
—Hola, amor —dijo ella sentándose a su lado y tomándolo del brazo.
—Hola —se limitó a decir él. Todavía no se explicaba el por que su padre creía que él era el novio de ella. Pero tenía la gran sospecha de que ella quería engatusarlo para tenerlo siempre a su lado. Pero Danny no se interesaba en ella, y lo único que quería era que ella no lo conociera y nunca la hablara. Era una verdadera molestia cuando alguien no se separa de tu lado cuando quieres hacer otras cosas, y eso era exactamente lo que hacía ella. Eso la divertía.
—¿Como está tu día? —preguntó tomando el tenedor y sacando un poco de su ensalada.
—Bien, supongo —respondió sin animo.
—¿Ya les hicieron sacar el amigo secreto?
Danny recordó que ella no estuvo en la clase. Probablemente habría estado en el baño maquillándose, peinándose, y haciendo miles de cosas más para verse mejor.
—Si
—¿Quién te tocó? —preguntó la rubia pestañando coquetamente. Pero el chico no respondió y ella pensó equivocadamente—. ¿Te toqué yo? ¡Ah! ¿que me vas a regalar? —dijo con una gran sonrisa.
—Em, no lo se —Danny no quería que ella se enojara ni nada, además todavía no sabía quien le había salido.
—Te digo que me encantan los tulipanes rojo y los collares de plata —rió y sus amigas sonrieron y comenzaron a hablar de joyas. Daniel se encontró callado en toda la conversación, no porque fuera tímido, si no que no entendía nada de lo que hablaba y terminaba asintiendo con la cabeza cuando Olivia le preguntaba algo, luego sonreía y les decía a sus amigas que es el hombre perfecto para ella. Cuando tocó el timbre Danny se apresuró corriendo al gimnasio. Le tocaba Educación Física.
Mientras se cambiaba de ropa se cayó el papel del amigo secreto. Antes de salir del camerino Danny lo observó y lo recogió. Miró las letras femeninas que tenían escrito un nombre que le encantaba.
Danny sonrió mirando el papel y luego lo dobló y lo guardo en su mochila.
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