Going Crazy (EXO Songfic)

Ya, les dije que lo iba a escribir xD... creo que... yo también enloquecí con esto ._. la canción es Going Crazy de Song Ji Eun con Bang Yong Guk

Título: Going Crazy
Fandom: EXO
Tipo: Songfic
Pareja: Baekhyun/Chanyeol
Género: Asesino en serie? xD No sé qué genero sería esto ._. ¿Suspenso?
Clasificación: R
Advertencias: -
Resumen: "Donde sea que esté, lo que sea que haga, tú me observas y siento miedo... Solía amarte, pero ahora ya no... No quiero llorar, no más"

Las luces se habían ido apagando, el silencio ensordecedor de las calles ahora era sólo un susurro en sus oídos. Hacía frío, era invierno.

Byun Baek Hyun con un suspiro observó la tienda y guardó el dinero terminando de ordenar las últimas cosas para poder cerrar. Los viejos discos de vinilo se agrupaban en una de las esquinas más alejadas y a un costado de él un gran mostrador repleto de álbumes se imponía ante su vista.

Baek Hyun salió de la tienda y cerrando con llave comenzó a caminar hacia su casa, entonces su teléfono sonó y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Observó la pantalla y el sudor frío comenzó a recorrerle la frente.

“¿Hola?” dijo con voz temblorosa escuchando sólo la respiración desde el otro lado. Sabía quién era por eso comenzó a caminar más rápido.

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Las luces de la calle se habían encendido hacía horas. En un rincón apartado de la calzada se afirmaba el chico alto observando frente a él aquella conocida casa. Escuchó los pasos acercarse y su vista de lince se dirigió furtivamente hacia la persona que ya casi corría por la acerca. Su corazón comenzó a latir con fuerza.

Escuchó la reja abrirse y luego el tintinear de las llaves, hasta ppdía decir con precisión el momento en que el muchacho ponía un pie dentro y luego cerrando la puerta se dirigía hacia el comedor, dejaba sus cosas sobre la mesa y después caminaba hacia la cocina. Sacando un tazón se servía un poco de café, observaba por la ventana y nuevamente su teléfono comenzaba a sonar.

Baek había dejado su abrigo sobre la mesa temblando por el frío. Se había ido a la cocina y entonces Chan Yeol se había quedado en la sala observando los cuadros que descansaban sobre la pared y sobre el antiguo mueble de roble.

Un sonriente Baek Hyun lo observaba a través del vidrio acompañado por sus padres. En otras el pequeño estaba solo, pero siempre riendo. Sus ojos se veían pequeños y entonces el alto sonreía.

“Ten, hace frío” dijo el muchacho tendiéndole una taza de chocolate caliente. Sabía lo mucho que le gustaba aquello y besando levemente sus labios aceptó lo que le entregaba.

“Deja de llamarme” le decía la temblorosa voz. Chan no puedo evitar reírse y casi de inmediato volver a su semblante serio.

“Te estoy observando” le dijo.

Byun Baek Hyun se congeló en el momento. A pesar de que el caliente líquido que recorría su cuerpo tentaba a calentarlo, la impresión lo había paralizado y su temperatura había descendido bruscamente

“Detente” dijo con miedo. Apagó las luces y la llamada se cortó.

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Una pareja cortaba su paso y entonces se frustraba al mirar alrededor como el lugar estaba lleno. A Chan Yeol nunca le habían gustado los lugares repletos de gente, se sentía ahogado entre tantas voces, pero entonces su cabeza se desprendió de su cuerpo y se marchó hasta su pequeño mundo. Sólo podía ver el pequeño objeto reluciente delante de sus ojos. Inconscientemente se acercó y se quedó admirándolo.

A su lado Baek Hyun reía y se afirmaba fuertemente a su brazo entrelazando sus finos y pequeños dedos con los suyos. Era como si su mano encajara perfectamente con la suya.

Baek se detenía frente a un reluciente escaparate de alguna tienda nueva y apuntaba el pequeño objeto metálico. Un reloj atraía su atención y Chan Yeol lo miraba atento a su reacción. Entonces el pequeño hacía un puchero y se alejaba.

“Siempre quise uno de esos” decía en un murmullo lamentándose de no tener el dinero para comprarlo.

Chan Yeol miró el reloj. La tienda ya era bastante conocida y las vitrinas ya no parecían tan impecables como antes lo fueron, pero aquel objeto aún estaba allí. Palmeando su bolsillo hasta que encontró su billetera se adentró en el concurrido local.

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El teléfono repiqueteaba en su bolsillo.

La lluvia caía afuera, se aproximaba una tormenta. Baek Hyun tenía frío, pero faltaba poco para que terminara su turno. Los jueves salía más temprano, sólo un poco, pero al menos no era de noche cuando lo hacía. Aquel día debía estar ansioso, pero extrañamente no lo estaba, en cambio sentía desconfianza, como si algo fuera a ocurrir, por lo que no quería irse.

Su teléfono volvió a sonar. Nuevamente lo ignoró y volvió a acomodar discos.

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El muchacho se afirmaba del viejo poste moviendo incansablemente su pierna. Había estado esperando hacía quince minutos. Se extrañaba que aún no apareciera. Siempre salía los jueves a aquella hora y volvía por aquella calle, pero aquel día aún no se presentaba.

Conocía su agenda de memoria, sabía lo que comía al volver, sabía hasta los problemas que aquejaban su cabeza por las noches, pero no sabía que había sucedido aquel día.

Jugaba con la pequeña caja color rojo con cinta dorada y un fuerte viento hacía revolver sus cabellos. Había escuchado en la radio de su vehículo que una tormenta se acercaba, pero no le dio importancia.

Entonces la lluvia comenzó a caer. Chan Yeol miró hacia el cielo y estirando su brazo sintió la gota caer en su palma. Se escuchó un trueno en la lejanía. Miró hacia su derecha, de donde venía el ruido, y lo vió.

El chico caminaba apresuradamente. Traía su rostro tapado por una gruesa bufanda y la mirada se dirigía hacia el piso. Sabía que odiaba cuando llovía. A Baek Hyun le parecía que el cielo lloraba, entonces se sentía triste.

Chan Yeol se paró correctamente y lo observó detenidamente hasta que sólo estuvo a un metro. Allí Baek Hyun se dio cuenta de su presencia y abrió grande los ojos, dio un paso atrás, pero Chan se acercó tomándolo del brazo haciendo que se detuviera. Baek se soltó fuertemente y dio otro.

“¿Por qué no contestaste?” preguntó con voz gruesa. Baek se mantuvo en silencio sintiendo un escalofrío recorrerle la columna.

“¿Lo olvidaste?” volvió a preguntar más fuerte, entonces Baek sintió miedo y su respiración se aceleró.

“Hoy son mil días desde que estas en mi vida” Dijo Chan Yeol con el ruido de un trueno haciéndose presente cada vez más cerca.

“Ten… te compré algo” dijo sacando de su bolsillo el paquete, ahora mojado, y tendiéndoselo.

Baek Hyun alzó la vista a la pequeña caja y temblando la tomó entre sus entumecidas manos. Le echó un vistazo y vio la tarjeta escrita por la tosca letra del alto “Para mi querido Baekhyunnie”. Dio un paso hacia atrás.

Chan lo miró atentamente e intentó tomar su mano, pero Baek se alejó.

Ambos corrían por el parque. Era primavera. Chan Yeol intentaba alcanzar a Baek Hyun pero este se escurría entre sus dedos. Baek comenzó a correr más rápido riendo por la emoción.

Chan se detuvo. Miró hacia el piso. El teléfono del pequeño se había caído. Lo recogió y vio que tenía un mensaje en el buzón de voz. Despreocupadamente miró el nombre en la pantalla: Uno de sus amigos. Entonces leyó el mensaje.

Chan Yeol se indignó. Baek Hyun lo miró sin entender. Chan Yeol le gritó que lo estaba engañando y el otro intentó responderle, pero el alto le tiró el teléfono y se marchó.

Baek lloró de impotencia.

“No…” dijo el castaño devolviéndole el regalo, “No puedo aceptarlo…”, agregó casi en un susurro estremecido.

La lluvia comenzó a caer más fuerte y un nuevo trueno se oyó casi sobre sus cabezas.

Sus cálidos brazos lo rodeaban. Baek Hyun sonreía, pero entonces la calidez se hacía tanta que quemaba. Intentó separarse, pero el alto lo apretaba cada vez más fuerte. Creyó que el aire se iba de los pulmones y con voz casi apagada le dijo:

“Duele” pero nada cambió. Sentía que ardía y su garganta se cerraba. Sus ojos se aguaron y entonces gritó “¡Chan Yeol, detente!”

Entonces el aire volvió y por fin pudo respirar.

Chan tomó el regalo sin entender al otro muchacho. Eran mil días, pero Baek lloraba y volvía a retroceder con miedo.

El timbre había sonado. Era la última clase del día. Byun Baek Hyun salía animadamente conversando con su mejor amigo de la sala. Había planeado la tarde para celebrar el cumpleaños de su compañero, pero entonces Chan Yeol apareció cuando el otro abrazaba a su amigo fuertemente despidiéndose de él.

“¡¿Quién es él?!” le había gritado el alto. Baek Hyun tembló de miedo y se volteó separándose de su amigo. Lo miró perplejo. Él sabía quién era, también era amigo suyo, pero ahora actuaba como su no lo conociera.

Baek intentó responderle, pero Chan lo empujó y le volvió a gritar algo que el otro no alcanzó a entender. Miró a su alrededor y su amigo se había marchado. Sintió que lo jalaban del brazo y entonces estaba siendo arrastrado hasta el auto del alto.

Cayó con un sonido sordo en el asiento del copiloto. Escuchó la puerta cerrarse a su costado y entonces vio como Chan Yeol se daba la vuelta para entrar. Sintió miedo.

Pareció un loco cuando el chico entró al auto y arrancó. Con voz temblorosa le dijo “Déjame salir”, pero sus suplicas no fuera escuchadas.

La velocidad aumentó y su corazón pareció detenerse al ver como un auto se anteponía en su camino, pero Chan lo esquivaba velozmente haciendo que chocara contra su costado.

Baek se aterró. Intentó abrir la puerta, pero estaba con seguro y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas. Lágrimas de terror mientras escudriñaba en sus bolsillos por el aparato, pero al sacar el celular a la vista se le fue arrebatado de las manos y con un rápido movimiento Chan Yeol lo lanzó por la ventana hacia la calle y luego lo empujó hacia su asiento.

El auto se detuvo y Baek Hyun fue empujado hacia la casa de Chan Yeol. Intentó gritar, pero recibió un fuerte golpe en su cara y desistió de sus intentos de querer arrancar. Luego... oscuridad...

Chan Yeol permaneció estático unos momentos. Baek Hyun aún temblaba. Entonces el alto lanzó al piso la caja con todas sus fuerzas intentando descargarse. Baek dio un salto y se paralizó.

Sus ojos parecían sin vida cuando los clavó en la mirada del castaño. Abrió la boca para decirle algo, pero de pronto sus brazos lo atrajeron hacia su cuerpo y con su mano le tapo la boca. Baek forcejeo para soltarse, pero le fue imposible, el otro era demasiado fuerte para él.

Entonces se calmó y Chan Yeol creyó que cedía, de esa forma lo abrazó y cerró sus ojos.

Baekhyun estaba inmovilizado por el terror, entonces con todas sus fuerzas se distanció y comenzó a correr. Chan Yeol también corrió para alcanzarlo, pero la lluvia se había hecho tan fuerte que le costaba ver lo que se anteponía en su camino por lo que se tropezó con la acera y cayó al piso de rodillas afirmándose dificultosamente con sus manos. Levantó la vista y pudo ver la sombra de Baek Hyun desapareciendo. Desapareciendo de su vida.

“Sé que tú también me quieres… sé que aún me amas… no te escapes de mí…”