Más que amigos (EXO FanFic): #31 Lluvia (Lay)

Los ensayos estaban siendo cada vez más duros al punto de quedar todos exhaustos al terminar el día. Parecíamos zombies al volver a los cuartos, pero nadie decía nada. Nadie podía hacerlo. No era como si estuviéramos odiando todo lo que nos ocurría, al contrario cada uno de nosotros soñaba por lograr aquella meta que nos habíamos propuesto apenas habíamos comenzado con todo. Por esto era por lo que estábamos poniendo tanto esfuerzo, razón por la que a pesar de todo, seguíamos felices y expectantes. Atentos y ansiosos. Emociones a flor de piel que nos mantenía a todos despiertos a pesar del cansancio, a pesar de la complicaciones, a pesar del tiempo seguimos allí aunque afuera ya hubiera oscurecido.

Aquel día me había empecinado en perfeccionar los movimientos del baile que grabaríamos para el teaser junto a Sehun. Me encontraba en la sala de ensayos con la música a todo volumen. Uno parecía encerrarse en su pequeño mundo solitario cuando los acordes comenzaban a sonar y la vista se comenzaba a nublar para dar paso a solo los movimientos. Kai estaba junto a mí guardando silencio en una esquina mientras jugueteaba con su celular mirando despreocupadamente en mi dirección.

"¿Joon Myun hyung otra vez? Pero si apenas se fue... Ah~ el amor, el amor..."

A pesar de que el chico parecía cada vez más alejado de todos los miembros aún seguía enfocado en las prácticas a pesar de tener que compartir la sala con personas que probablemente ni si quiera quería mirar.

Unos minutos luego en que la canción volvía a comenzar y yo me sentaba agotado en el piso para refrescarme con un poco de agua, este se me acercó con su mochila al hombro y me informó que se iría porque tenía algo que hacer del colegio antes que se hiciera más tarde. Lo miré dudoso, pero no podía hacer nada para retenerlo y tampoco quería arriesgarme a que me reventara los oídos con sus gritos de protesta y de "qué te metes tu en mi vida" o "los odio a todos, ya déjenme en paz".

"Dios. Este chico parece pasar por una segunda pubertad".

La música volvía a envolverme y con una energía recargada, me ponía de pie para ensayar una última vez para luego marcharme a los cuartos donde suponía que estarían los demás ya durmiendo. Observé de reojo el reloj colgado en la muralla color beige y este indicaba que ya faltaba poco para las once y media. Suspirando seguía con el baile hasta que ya me parecía monótono el hacer aquella acción, por lo que tomé mis cosas y fui hacia las vacías duchas que habían un poco alejadas de las salas de ensayo. Siempre me había parecido solitario aquel lugar. Los trainers contaba historias sobre fantasmas, pero para mí sólo eran cuentos de niños. Al final, eso era lo que eran la mayoría de los chicos que había por aquí. Entraban desde pequeños y muy pocos llegaban a debutar. Muchos se rendían en el proceso o les surgían complicaciones por lo que lo tienen que dejar. Sigo recordando cuando uno de los chicos chinos que se juntaba con nosotros se tuvo que marchar al enterarse que su madre había fallecido de un cáncer que cargaba hacía años. Nunca había visto a alguien tan destrozado; tanto que lo dejó todo y volvió a su ciudad natal. Nunca más supe de él.

Antes de atravesar aquella puerta de vidrio, vi a través de ella como afuera había una lluvia que parecía aun más torrencial a cada segundo que pasaba.  Realmente no llevaba nada como para poder caminar por aquellas calles y no terminar como recién salido de la piscina, por lo que me senté en uno de los asientos que había en la entrada y me decidí a esperar que la lluvia aminorara. Los audífonos en mis oídos me impedían escuchar las gotas caer y de a poco mis ojos comenzaron a cerrarse y mi cabeza a pensar en todo lo que me ocurría.

"Como me gustaría que Tao estuviera aquí. Él siempre lleva un paraguas por si acaso"

Aún recordaba cómo me había parecido lo más estúpido del mundo que anduviera hasta en pleno verano con un paraguas escondido en el fondo de su bolso. Ahora me parecía la idea más sensata de todas. Muchas veces el clima de Seúl nos había jugado malas pasadas a penas llegar a Corea, y no puedo decir que luego de aquello hubiera aprendido algo.

Pensar en Tao automáticamente me llevaba a pensar en Kris. El último tiempo con él había sido... raro. Al comienzo había pensado que al este saber sobre el plan las cosas se apuraría con Tao, pero este parece ponerse aún más molesto con todo y las cosas en vez de avanzar, retroceden. Wufan parecía muy metido en el juego, tanto que ya me llegaba a incomodar sus "juegos", acercamientos peligrosos y acorralamientos imprevistos. Esto sí que se estaba saliendo de control y me ponía mal el pensar que Tao no volviera a ser el mismo por este estúpido juego que yo mismo había iniciado. Ya ni si quiera quería compartir la misma habitación con nosotros. Como si nuestra presencia le molestara se marchaba a penas observar que no había ninguno de los otros miembros. Hasta prefería irse con Jongin, que asesinamente lo miraba y luego ignoraba, que quedarse junto a nosotros. Ni si quiera a Kris se acercaba a ahora. Y antes que era casi su sombra...  Lo dejaría... El plan llegaría hasta aquí... pero... primero había que averiguar algo antes. Me había propuesto preguntarle directamente al chino por qué era que hacía esto. ¿Sólo le gustaba ver molesto al maknae? ¿o había algo más? ¿alguna venganza? ¿o... sentimientos de por medio? Si dejaba todo ahora como iba, probablemente Tao no querría escucharme ni dejarme explicarle mis razones, así que tenía que darle algo a cambio. Algo que él quería pero que nunca me había pedido abiertamente. Debía ayudarlo.

¿Ayudarlo?

Eso me recordaba un evento que había ocurrido sólo el día anterior. Un preocupado y un poco apenado maknae se me había acercado. Yo juraba que iba por algo diferente, así que ni si quiera lo miré cuando se sentó a mi lado y comenzó a hablar. Pensaba se dirigía a otra persona, pero luego comenzó a decir mi nombre. Lo miré cuestionándolo y curioso a la vez. De hacía tiempo que no me pedía nada. De hacía tiempo que no me hablaba de forma calmada y sin tono de molestia. Me pedía ayuda. Un poco perdido lo seguía observando y este me reveló que quería ver la forma de juntar a Sehun y Lu Han al observar que ninguno de los dos parecía hacer algo por arreglar la situación. El maknae parecía al borde de un ataque de pánico cuando el chino se le acercaba -aunque este ni si quiera lo hiciera a propósito- y el mayor, temeroso de que el otro respondiera igual que la vez anterior, no hacía nada por aproximarse y se quedaba sólo en una esquina dándole pequeñas miradas escondidas sin que el otro se diera cuenta. Verlos era exasperante. Aunque igual entendía la situación. Ambos eran muy inocentes en temas de amor.

Acepte. Tao sonrió levemente con la cabeza gacha y luego me agradeció para irse a su habitación.

"Deberías de declararte tú primero antes de ayudar a otra gente, Huang Zitao" Intenté decirle, pero me reprimí para no ocasionar que el maknae cambiara su amable actitud de hacía solo unos momentos.

Aún llovía. Eran casi la una de la madrugada. Suspirando y fregándome fuertemente los ojos para intentar incorporarme, me arrimé el bolso y me dispuse a salir. Ya se estaba haciendo demasiado tarde y la lluvia no pararía. Sólo andaba con una chaqueta que poco me servía para repelerla, así que lo más probable era que terminaría empapado. Intenté apurarme lo más posible, pero tenía por seguro que fuera como fuera, llegaría todo mojado.

"¿Habrá llegado Jongin al dormitorio?"

A lo lejos pude observar al edificio y comencé a correr. Me había tomado casi una hora el llegar y lo único que en que pensaba era en poder dormir de una buena vez.

Abrí la puerta y me sorprendió el ver a Suho sentado en la mesa de la cocina mirándome con grandes ojos. Se me acercó de inmediato al darse cuenta de la condición en que llegaba, por mucho que le dijera que sólo era agua.

-Vamos, no me moriré -le decía divertido al ver su expresión de preocupación-. Joon Myun, ¿qué hacías a esta hora aquí?

Pero no me respondió, en cambio me quitó el bolso del hombro y comenzó a tirar de mi empapada chaqueta. De repente un pensamiento recorrió mi mente rápidamente.

-¿Jongin volvió? -pregunté y este siguió ignorándome por lo que lo detuve poniendo mi mano en su hombro y tirando de la chaqueta para por fin desprenderme de ella y que el mayor dejara de preocuparse de aquello- Suho, ¿Kai volvió? -le volví a preguntar y este agachando la cabeza negó.

-No sé donde está, Yixing. Todas las noches vuelve muy tarde, tanto que ya ni si quiera despierto estoy para verlo.

-Joonie deberías ir a dormir. No te preocupes, él sabe cuidarse sólo.

Por mucho que le dijera todas las palabras de ánimo el líder no parecía querer aceptarlas y volvió a intentar desprenderme de toda la ropa mojada que llevaba.

-Yah! -lo reté y este me miró atento, como si recién hubiera despertado-. Yo también soy grande como para saber desvestirme sólo -reí y este me acompañó con una débil sonrisa-. Iré a dormir... deberías hacer lo mismo. Morirás mañana en el ensayo si no descansas.

-No es para tanto -rió un poco más animado y lo arrastré a su cuarto para asegurarme que este se iba a acostar. Ya ni si quiera podía confiar en él cuando Jongin comenzaba a comportarse extraño.

"Vamos, no me las puedo dar de Cupido con todo el mundo".