Más que amigos (EXO FanFic): #15 Llamada (Kris)

El nerviosismo acrecentaba en mí en cada segundo que transcurría. Inconscientemente daba caminadas alrededor de la habitación y cuando aquel pequeño espacio se me hizo demasiado monótono, por toda la casa. Les pregunté a cada uno de los miembros si es que sabía algo de ellos, pero todos negaban tajantemente o me decían que me calmara, pero no, no podía hacerlo por mucho que lo intentara. Tao se quedó a mi lado mirándome preocupado mientras yo jugaba con mis dedos alternado mi vista desde el reloj colgado en la blanca muralla hasta el teléfono que permanecía en silencio a mi lado.

─SuHo, ¿supiste algo? ─le pregunté en un coreano que creo sonó entendible. Al menos él comprendía las razones de que ya no pudiera articular una frase coherentemente.

─No, no me contestan.

─Déjame intentar a mí ─le dije rápidamente poniéndome de pie y yendo hacia él con la idea de tomar su teléfono, pero este se negó escondiéndolo.

─No, el mío no, espero una llamada importante ─lo miré seriamente con ganas de estrangularlo y luego enterrarlo en el patio, pero este escondió la mirada─. Lo siento, pero en serio es importante.

─No preguntaré qué es porque en realidad no me interesa, ahora ¿alguien me pasa algún teléfono con saldo? ─pero los que estaban en la sala permanecieron en silencio. Era obvio que todos andábamos falta de dinero.

Escuché la puerta del recibidor abrirse y mi mirada se fue de inmediato hacía allí, pero las esperanzadas se fueron abajo cuando vi a Yixing entrar con su bolso de deporte en un brazo y los ojos cansados luego de la práctica. Se detuvo de inmediato al sentir que todos teníamos la vista sobre él, sin mencionar el silencio sepulcral que rondaba el ambiente.

─¿Qué pasó? ─nos preguntó dejando el bolso en el piso y con la mirada preocupada buscaba a los dos miembros que faltaban─. ¿Y Minseok y Lu Han?

─No han vuelto ─le contestó Chen.

De inmediato sacó su celular a lo que yo me acercaba a él e intentaba escuchar si contestaban, pero nada. Marcaba y marcaba hasta que la llamada se cortaba.

Los nervios me comían por dentro, no sólo porque por ser el líder los tenía que tener controlados –sin advertir que justo los dos que crean el problema son los mayores- si no que luego de la discusión que hubo en la tarde, me preocupaba seriamente que habría pasado con ellos dos. De repente una idea pasó volando por mi mente y sin que los demás miembros se dieran cuenta me escabullí hacia la habitación de Lu Han, pero en menos de un segundo ya tenía a mi lado a Tao y al otro a Lay que me preguntaba insistentemente que qué buscaba entras las cosas del maknae, lo ignoré y seguí trajinando el mochila de Sehun ante la atenta mirada reprobatoria de Yixing y a un panda preocupado a mi costado.

─¿Qué buscas, gege? ─me preguntó intranquilo mirando hacia la puerta.

De entre todas las cosas inservibles que guardaba el menor de EXO, por fin pude encontrar en una esquina, en el fondo de aquella mochila llena de libros, hojas desparramadas, lápices gastados y objetos que prefiero no nombrar, su teléfono, marqué para preguntar el saldo y resultó que si tenía por lo que me dispuse de inmediato a llamar a Lu Han. Mi idea era que si todo había empezado porque él quería hablarle al maknae, si este lo llamaba él iba a contestar y mi teoría fue la correcta, pude escuchar la voz del chico haciendo frente a una ensordecedora música de fondo.

─¡Sehunnie-ah! ─gritó en notorio estado de ebriedad.

Mantuve el silencio y Yixing se acercó a pegar la oreja al fono, me apretó el brazo con fuerza y miró a Zi Tao quién había abierto los ojos de par en par.

─¡Lo siento! ─volvió a vociferar.

─Lu Han… ─intenté hablarme pero su voz volvió a resonar en mi oído.

─Min, escucha, es Sehun, ¿no es gracioso que me llame?

─Lu Han ─lo llamó Yixing ahora y el otro aseveró por el teléfono─, ¿Dónde estás?

─Oh, no recuerdo. Hunnie, tu voz suena rara, ¿estás enfermo? ─decía entre risas el otro chico.

─Pásame a Minseok ─le habló Lay.

─Minnie, Sehun quiere hablar contigo… ¿por qué no conmigo? ¿qué le hice?

─¿Sehun-ah? ─se escuchó ahora la voz del mayor del grupo por la línea, se notaba que este estaba mejor, mucho mejor que el otro muchacho.

─No, soy Wufan ─le contesté seriamente─. ¿Dónde están?

─Ah, em… en un bar ─nos reveló el aludido tímidamente, al parecer él no quería estar allí─.

─¿Qué calle? ─mi voz se notaba ansiosa y cuando apenas nos dijo la dirección me encaminé a buscar mi chaqueta y salí del departamento.

─Yo también voy ─me increpó un nervioso Yixing llegando a mi lado corriendo, lo miré y sonreí, sería una gran ayuda tenerlo también por si algo malo sucedía con el par que estaba en el bar. Aunque Xiu Min parecía más cuerdo que el otro, de todas formas se podía notar como de repente arrastraba las palabras y no sabía si podría yo sólo con esos dos.

─¡Chicos!

─Tao, ve con lo demás ─le gruñí. Realmente me molestaba que viniera con nosotros, no porque me molestara su compañía, si no que él no era bueno en este tipo de situaciones, era demasiado infantil como para entenderlo por completo o para saber al menos que hacer, por lo que sólo era otra carga más y ya tanto problema me tenía cabreado.

Quién sabe porqué todo esto terminó así, pero ahora era lo que menos me importaba, ahora sólo quería que esos dos llegaran a casa sanos y salvos, se dieran una ducha y que se acabaran los problemas o al menos los que me incluyeran a mí.

─¿Por qué Yixing gege sí puede ir y yo no? ─me recriminó, solté el aire que contenía y me volteé a verlo, noté como daba un paso hacia atrás como replanteándose sus palabras.

─Tao, sólo vete, ¿sí?

Bajó la mirada y dio media vuelta. Volvimos a dirigirnos casi en una corrida hacia ese bar que nos había dicho el mayor. Podía escuchar las pisadas de alguien que iba en la misma dirección que nosotros, no les presté atención al comienzo, pero estuvieron durante todo el viaje por lo que comenzé a sospechar que era Tao quién  nos seguía. Ese chico era pésimo disimulando algo. Lay a mi lado parecía no notarlo, si no que estaba centrado en encontrar a los miembros que faltaban, pero yo por mi parte reí al darme cuenta de aquello, volteé y este se escondió entre algunos letreros de tiendas esparcidas por la calle, hice como que no lo había notado y sus pasos volvieron a resonar en la acera cuando me volteé a seguir nuestro camino.